Columna


Espejo electoral

GERMÁN DANILO HERNÁNDEZ

21 de septiembre de 2010 12:00 AM

GERMÁN DANILO HERNÁNDEZ

21 de septiembre de 2010 12:00 AM

Dicen quienes saben de política, que la campaña para las elecciones atípicas de octubre próximo a la Gobernación de Bolívar es tomada como un ejercicio de maniobra y preparación de la clase política tradicional para los comicios del 2011, en los que se escogerá nuevo (a) alcalde de Cartagena. Hay quienes sostienen, inclusive, que la “fabricación” de fórmulas electorales para el próximo año hace parte del portafolio de negociación en esta contienda, con la participación directa y discreta de personajes que inspiran atracción para algunos y temores para otros. Independientemente de las buenas o malas intenciones de quienes aspiran a gobernar nuestro descuadernado departamento por un breve lapso, la campaña en general muestra el rifirrafe de una “jauría” que no disimula su apetito desaforado por el erario. Basta con ver los comentarios que hacen lectores de las noticias políticas en la página Web de El Universal, para percibir el rechazo generalizado a las prácticas clientelistas y politiqueras que caracterizan la campaña a la Gobernación. Si tal campaña se convierte en espejo para las elecciones del 2011, estaríamos ante un retroceso impresionante de lo logrado en los últimos años en la democracia local. Aunque es difícil desandar el camino recorrido por una comunidad que exhibe mayor madurez política y valora su capacidad de participación en la toma de decisiones de ciudad, el riesgo siempre es latente. La única forma de evitar que la naciente campaña por la Alcaldía de Cartagena sea una réplica de la departamental, es mediante la decidida participación ciudadana en la escogencia de candidatos o candidatas, que representen intereses colectivos reales, y que estén distanciados de la corrupción y el clientelismo. Aunque se escuchan rumores sobre un “despliegue de artillería pesada” por parte de sectores cuestionados de la vieja clase política para recuperar el botín perdido, también comienzan a conocerse nombres que se postulan a la contienda, y que no se identifican como “contaminados”. Son esos hombres y mujeres, merecedores de reconocimiento, respeto y aprecio de diferentes sectores sociales, los llamados a enfrentar democráticamente a quienes representan el retorno al pasado. La práctica demuestra que para la escogencia de un buen alcalde no basta con un buen nombre de trayectoria impecable; se requiere conquistar la voluntad popular mediante prácticas políticas que, aunque distanciadas de las tradicionales, requieren esfuerzos y compromisos múltiples, individuales y colectivos. En tal sentido, esas precandidaturas que afloran desde ya, con reconocimiento ciudadano visible, deberían estar en sintonía de objetivos y propósitos comunes, para evitar dispersión y desarticulación de la voluntad de transformar las costumbres políticas expresadas inicialmente con más de 40 mil votos en blanco y luego ratificada con un mandato de más de 150 mil electores. Tal sintonía de candidaturas ciudadanas debería ser convocada oportunamente por ciudadanos u organizaciones que generen confianza, para garantizar que el espejo electoral de Cartagena sea el de sus últimos comicios y no el cristal manchado de esta campaña departamental. *Trabajador Social y Periodista, docente universitario, asesor en comunicaciones. germandanilo@hotmail.com

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