Un inquilino molesto invita al dueño al inmueble. Señala cada sitio deteriorado y reclama: “mira las ventanas rotas, techo desprendido, paredes rajadas…;” El dueño lo interrumpe, señala el piso y grita: “y tú, ¡mira la mojarra!” Confundido, el inquilino responde: “Oye cuadro, no me cambies de tema, que de las humedades hablamos luego”. Al debate que inicié en mi columna sobre el nuevo Estatuto Tributario (ET) de Cartagena le pasó igual: funcionarios públicos, académicos, columnistas y amigos, se desviaron hacia la mojarra. Yo señalé 6 puntos del predial: 1) La ineficacia histórica del recaudo (esta Administración mejoró, pero apenas es 49% y hay 10 años en mora). 2) El incremento de 62%, mientras su base aumentó 120% (avalúo 2010 vs 2003). 3) Pretender subirlo con mayores tarifas, sin gradualidad, en un solo año, salvo a la Defensa Nacional, que tendrá 5 años para asimilar el golpe. 4) La exención regresiva al estrato 6 del Centro Histórico. 5) La propuesta discriminatoria de rebajarlo a empresas que compren localmente y empleen pobres, sólo si “están afiliadas a un gremio”. 6) “Castigar” (sic) a quienes tengan lotes donde no hay servicios, ni transporte, etc. Irse a la lucha entre pobres y ricos, académicos y empresarios, amigos y enemigos de la Alcaldesa, es señalar la mojarra. Coincidimos en la necesidad de más inversión social bajo 2 premisas: más recursos fiscales, y pulcritud para administrarlos. Logramos el segundo al elegir bien en 2007, pero no nos durmamos en los laureles. La primera premisa está amenazada por el ET porque ahuyenta la competitividad con su “tufillo antiempresarial”, calificativo no aceptado por el Director de Impuestos Distritales, con quien inicié un cruce epistolar cordial terminado porque lo considera una “discusión bizantina”. Lo escrito, escrito está: Página 18: El ET persigue "replantear el modelo de intervención pública distrital, orientado a favorecer la atracción de empresas antes que promover la equidad (horizontal y vertical) entre sus ciudadanos y empresas", como si fueran excluyentes: se lograrían con un sector privado fuerte, más crecimiento económico e impuestos por esta vía. Página 66: Acá va la sorpresa (mojarra en la sala); el ET replanteará “la estrategia de atracción empresarial a la ciudad, centrada en nuevas empresas y en especial las dedicadas a la actividad ‘manufacturera’ (mis comillas), las cuales ofrecen resultados insuficientes desde punto de vista del empleo." Sólo quien jamás ha intentado crear una industria, escribiría esto sin que le tiemble la mano. Los académicos serios del ET deberían advertir que, si bien la vocación industrial cartagenera hacia la petroquímica, química, cementos y transformación de plásticos, es intensiva en capital y no en empleo, genera encadenamientos productivos fuertes (proveedores y comercio local) y son la mayor fuente de impuestos del Distrito. ¡No matemos la mojarra a patadas! Ojalá que las decenas de industrias que siguen a Reficar no sientan el tufillo del ET a mojarra podrida, y piensen en Barranquilla. Allá los seducirán con el perfume de ciudad amable con los contribuyentes, y más si son industrias grandes que dejarán impuestos. Al alcalde Char le encantarían más recursos para su programa social arrollador y así seguir por encima de 90% en su popularidad. *Ing. Civil y MBA, Directivo Empresarial restrepojaimea@gmail.com
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