Lamento que con títulos, reconocimientos y respeto, incluso del agraviado, se pontifique e ignore o desconozca la legalidad, insultando y descalificando a quienes hacemos respetar las normas reguladoras de las relaciones entre seres humanos y Naturaleza. Obcecado, Vizo habla de “manglerío”, depreciando una especie protegida y nos acusa de “intrigas y aullidos de fundamentalistas de un mal entendido ambientalismo”. Se exalta porque nos oponemos a que a paladraga sucumban las zonas de recuperación, e irrespetando “descubre” que yo, “obispo del manglaraje”, tengo ahora influencia en la Alcaldía porque logré ingresar a través del DATT”. ¡Qué pena! Delirante y egocéntrico exige el control del "manglerío” arremetiendo contra Juan Lozano, ex Minambiente, porque no piensa como él y miente al decir que la “sacralización de los vegetales” obstaculiza la terminación de la avenida del Cabrero. ¡Nada que ver! Lo que salvé fue por una Tutela. Demostramos que, además de proteger del peligro de inundación señalado en el mapa de riesgos, ese manglar no hacía parte de la obra ni tenía prmiso de “aprovechamiento”. Allí se albergan especies variadas de aves. Obvio, no le importa, -típico- él ve la ciudad desde tierra y borra el deleite paisajístico del navegante, fauna asociada, verdor protector de orillas y generador de clima, el bosque lineal productor de oxígeno. Como raizales, no vio mangles en caños y lagunas, yo sí, -soy manguero- estoy en el sexto piso y como ecocéntrico valoro la zonificación del Ministerio, consulto mapas históricos, el POT y conozco el ecosistema. Requerimos un plan de manejo, no de exterminio. Cuando Vizo y su generación eran jóvenes ignoraban los impactos ambientales. Las normas eran pocas y el “progreso” sacrificaba lo natural. El mundo lo veían vacío, los recursos eran inagotables. Con la piedra de la muralla rellenaron el caño de San Anastasio, hoy avenida Venezuela. El playón de la Matuna cambió de manos. De eso no hablan. Antes, el Concejo ordenó que con la piedra del castillo de San Felipe se rellenará la laguna del Cabrero”, hoy quieren rellenar El Laguito. En nombre del "progreso" Conastil vertió a la bahía mercurio, Mamonal hizo su agosto, pero hoy respetan el ecosistema. Violaron la ciénaga de la Virgen –siguen en esas- y la condenaron a ser laguna de oxidación, igual que a la bahía. Nada se respetó. ¡Aplausos! Millones de metros rellenados -siguen haciéndolo- usurpan las orillas, pero el problema es el mangle que no deja ver el agua o que obstruye y se autoensucia. Hay edificios que impiden ver La Popa o el Castillo. El capital natural no tiene valor, el financiero y lo construido, sí. La ciudad postal debe ser de cemento. Cartagena superó el grado de urbanización de Colombia y en 2005 concentró el 94% de la disparada población en la cabecera (informe GEO). Enhorabuena la Constitución del 91 determinó que el POT es guía de la urbanización. El ordenamiento ambiental propone tres propósitos: en el futuro, prevenir conflictos; en el presente, resolverlos y en el pasado, la reversión del deterioro ambiental. Esa es hoy la apuesta del Desarrollo Sostenible. *Abogado ambientalista y comunicador. rvergaran@hotmail.com *Rotaremos este espacio entre distintos columnistas para dar cabida a una mayor variedad de opiniones.
NOTICIAS RECOMENDADAS
Comentarios ()