Columna


Gestión por Cartagena

AP

05 de agosto de 2010 12:00 AM

CRISTO GARCÍA TAPIA

05 de agosto de 2010 12:00 AM

De los logros alcanzados por la Alcaldía de Cartagena, Distrito Turístico y Cultural, encomendada por mandato eleccionario a Judith Pinedo Flórez, uno de los que mayores satisfacciones deparan, junto con el de la erradicación del analfabetismo, es el de la instauración de un nuevo modelo de gestión y operatividad de lo público. Y si me aventuro por el reconocimiento de lo público como logro a exaltar de la alcaldesa Pinedo Flórez, es porque Cartagena registra históricamente los más altos índices de desgreño, desorden y uso indebido de los recursos de origen público, tanto en su destinación como en su administración e inversión. Por tanto, cuanto se haya logrado en la presente administración por controlar y ponerle freno al desorden y latrocinio prevaleciente en sucesivos gobiernos distritales, tiene que ser conocido, informado y debatido, tanto por la comunidad cartagenera como por los distintos medios y vehículos de comunicación y control ciudadano que puedan confrontar sus resultados y servir el superior interés colectivo de aquella comunidad. El ambicioso y coherente Plan de Desarrollo 2008 – 2010, Por una sola Cartagena, y su materialización en acciones como Gobierno Transparente, Finanzas Sanas y Auditorías Visibles, es la prueba justa de cuanto se ha avanzado en ese nuevo modelo de gestión pública eficiente y transparente, cuya mayor contribución ha sido devolverle a los cartageneros confianza y credibilidad en lo público y en la capacidad de sus líderes para crear, transformar y proyectar las múltiples potencialidades humanas, económicas, culturales, turísticas y ambientales de su ciudad, tanto en el ámbito interno como externo. De hecho, la cooperación internacional entregada por España y organismos multilaterales, es muestra de esa resurgida confianza y credibilidad en la construcción de una nueva gestión de lo público, transparente y eficiente, como factor preponderante para la articulación de políticas efectivas en pro de alcanzar notas más altas en desarrollo social, calidad de vida, erradicación de la pobreza extrema, nutrición y seguridad alimentaria, ingreso y trabajo, educación y capacitación, cuyos resultados son igualmente encomiables y comprobables en su aglutinante, el Plan de Emergencia Social Pedro Romero, quizá el que mas connota el énfasis en lo social del Plan de Desarrollo 2008 – 2010, “Por una sola Cartagena”. Cuanto se ha obtenido en ese propósito de inclusión social, de reducir las desigualdades, de generar un modelo de administración que privilegie y consolide esos avances, es más encomiable si advertimos que Cartagena ha sido territorio en el cual las desigualdades y la inequidad han campeado en diversos estadios de su historia. Y hasta ahora, poco o nada se había intentado por sus mandatarios de hacerla menos proclive a deshonrosas e indignantes situaciones de exclusión social descalificadoras de la condición y el derecho de ciudadanía que les pertenece por igual a todos y cada uno de sus habitantes sin atenerse a su condición socioeconómica, racial o de género. ¡Adelante, Alcaldesa! *Poeta elversionista@yahoo.es

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