A tomar conciencia de la realidad, de todo lo que estamos viviendo, no será posible continuar progresando. Se avecinan las elecciones (hay que votar éticamente, no nos dejemos echar cuento), la democracia no es sinónimo de demagogia, la publicidad nos satura, las leyes y decretos nos arropan (sus contenidos tienen musicalidad pero cundidos de vacíos y en detrimento de las personas), educación, salud y vivienda están cancaneando, las escuelas para delinquir en las películas y series televisivas pululan, los atentados y crímenes se multiplican, el Estado de Derecho es un cuento arrullador. En manos de cada uno de nosotros está obtener lo que queremos, no importa cuánto demoremos en ver los resultados. Si no ponemos empeño, permaneceremos sumisos en lo que nosotros mismos elegimos. Todo va de la mano. Entre mis lecturas encontré un texto que comparto con ustedes. Su autor, Jairo Ahumada, ¡Esa vaina del progreso! Y se titula El antigénesis: “¡Al fin el hombre acabó con el cielo y la tierra! La tierra era bella y fértil, la luz brillaba en las montañas y valles, y el Espíritu de Dios llenaba el universo. Entonces dijo el hombre: ‘Hagamos a Dios a nuestra imagen y semejanza’, y así fue. Creó el hombre un Dios a su medida; y le dio su bendición: Así fue el sexto día antes del fin. El hombre dijo: ‘Que produzcan las aguas máquinas de muerte y que las haya también sobre la tierra’. Y así fue. Al ver el hombre que así estaba bien, los bendijo con estas palabras: ‘Multiplicaos y llenad los mares y los espacios celestes, sojuzgad la tierra y sometedla’. Así fue el quinto día antes del fin. El hombre dijo: ‘Que haya control en la bóveda del cielo y en el aire que se respira para obligar a consumir a las grandes masas’. Y así fue. “Unos pocos se apoderaron de los satélites artificiales. Para controlar los tributos del sur: de la radio y la televisión, para dominar la voluntad de los hombres. Del ciberespacio, para saturar el espíritu de los hombres. El hombre puso todo bajo el control de la publicidad, y vio que estaba bien. Así fue el cuarto día antes del fin. El hombre dijo: ‘Que todos los desechos industriales se junten en un solo lugar y que aparezca lo árido y seco’. Al ver el hombre que todo estaba bien, dijo: ‘Que sean talados toda clase de árboles que dan semillas y frutos y que desaparezca toda clase de animales’. Así fue el tercer día antes del fin. “El hombre dijo: ‘Creemos dos instituciones de censura: una para ocultar la verdad al extranjero, otra para ocultar la verdad dentro de sí’. Y así fue: El hombre encargó al ejército la protección de estas dos verdades. A la primera le llamó política internacional y a la segunda soberanía. Y así fue el segundo día antes del fin. Luego el hombre dijo: ‘Creemos una sola cultura para dominar mejor a todos, y un solo mercado para obtener más ganancias’. “Entonces el mundo se globalizó por una nueva política y una nueva economía. Y el hombre dijo: ‘Miren, a ustedes les doy las conciencias de los hombres, sus bienes y todas sus esperanzas. Eso les servirá de alimento’. Así fue, y el hombre vio que todo lo que había hecho estaba muy bien. Así fue el día antes del fin. Una vez que el hombre creó el mundo a imagen y semejanza, se dedicó a descansar para poder contemplar su obra”. *Abogada, escritora y docente en Filosofía CBC. licorcione@gmail.com
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