Hace 64 años, el 6 de agosto de 1945, a las 8:16 de la mañana, el tiempo se detuvo en Hiroshima. La primera bomba atómica, denominada con el curioso nombre de “Little Boy”, fue soltada sobre esta ciudad japonesa. Según los sobrevivientes, una luz brillante se presentó en el cielo, posteriormente se fue engrandeciendo y tomó forma de hongo. Más tarde una tempestad de fuego vaporizó todo lo que se le atravesaba, y en simultánea una onda expansiva feroz que viajaba a una velocidad supersónica carbonizó a casi toda la ciudad. Más tarde todo el material arrebatado por el vendaval cayó como lluvia radiactiva. La carnicería fue enorme, sucumbieron en el acto más o menos 84.000 personas. Meses después 140.000 murieron por las secuelas de la radiación. Las consecuencias de esta explosión se sentirían todavía años después debido a las tasas altas de cánceres y leucemias que se presentaron. La bomba se construyó en Estados Unidos por sugerencia de Einstein, quien en 1939 le escribió al presidente Roosevelt, advirtiéndole que la Alemania de Hitler estaba dando pasos para fabricar el primer artefacto nuclear. En julio de 1945, después de la rendición de Italia y Alemania, en el marco de la conferencia de Potsdam, se lanzó un ultimátum al gobierno de Japón: “O se rendían sin condiciones o se exponían a una aniquilación total”. Los Estados Unidos estaban preocupados por las bajas que tendrían que sufrir en una posible invasión al Japón, ya que el General Marshall había dicho “Que podía costar medio millón de vidas norteamericanas conseguir la rendición del enemigo en su propio territorio” (Harry Truman. Memorias. ED Vergara, Pág. 177). Cuando se venció el término del ultimátum, Truman dio la orden de lanzar la bomba para ahorrar vidas estadounidenses. ¿Por qué Hiroshima y no otra ciudad? Investigaciones recientes indican que Tokio fue rechazada porque ya estaba semidestruida por los bombardeos convencionales y Kyoto no fue escogida por su importancia cultural e histórica, de tal forma que Hiroshima se ganó la rifa de la muerte, porque era sede del II Ejército General del Japón. Desde entonces, este genocidio ha sido motivo de polémica entre los académicos. Se habla del ahorro de vidas que evitó al Ejército de Estados Unidos y también de que el lanzamiento fue una notificación a la Unión Soviética de que había nacido una superpotencia que tenía un arma de un poder inigualable, lo que dio inicio a la Guerra Fría. En todo caso, en ese año horrible, 1945, la humanidad perdió la inocencia para siempre, ya que se habían descubierto los campos de concentración nazis, en los cuales se industrializó la muerte, y se produjo el ataque atómico de Hiroshima que no fue más que un balance frío entre la economía y la masacre, pues con una sola arma se mataron más de 86 mil personas. Desde esa fecha se desató una carrera mundial entre las grandes potencias por tener armas nucleares, con las resultas de que su sumatoria puede destruir varias veces el planeta. La otra arista del asunto es que países como India, Pakistán y Corea del Norte tienen armas nucleares, lo cual ha despertado el rechazo de las grandes potencias. En fin, después de Hiroshima, el espectro de un Apocalipsis atómico se cierne cual espada de Damocles sobre la humanidad. *Directivo Universitario. Miembro de la Academia de la Historia menrodster@gmail.com
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