Columna


Ignorancia compartida, o cinismo colectivo

GIL ALBERTO FALCÓN PRASCA

04 de junio de 2010 12:00 AM

GIL ALBERTO FALCÓN PRASCA

04 de junio de 2010 12:00 AM

En la izquierda democrática le apostamos a llegar al poder por las urnas. En las elecciones de Congreso y Presidencia, comprobamos una vez más que no hay condiciones ni garantías para establecer una verdadera democracia, un cambio de modelo económico, político, social, que permita a ciudadanos de bien, sin dinero, llegar a cargos importantes de elección popular. A Uribe le legalizaron los órganos de control, con pantomimas como la del Procurador, hacer campaña política abierta a favor de Santos en medios escritos y abriéndole micrófonos, cámaras, páginas web, redes sociales, misión bien cumplida de Radio Casa Nariño, (RCN) y Paracol (Caracol), para defender sus políticas continuistas y su candidato. Conociendo a Mockus, le hicieron preguntas mal intencionadas para enredarlo y obligarlo a hacerse autogoles. El enviado del Ubérrimo tiene el don de hacer olvidar los actos de corrupción, politiquería, falsos positivos, chuzadas del DAS, crímenes de lesa humanidad, Yidispolítica, 107 congresistas judicializados, etc. Como un mesías, predica el apoyo a un nuevo Santos en la Presidencia, quien gano en los 1.100 municipio del país, resultados que infieren que la parapolítica sigue viva. Se amenazaron y constriñeron a los humildes beneficiarios de Familias en Acción: “Si no votan por Santos, este subsidio se acaba. No voten por Petro, porque es apoyar a Chávez y a las FARC”. En sus 2 gobiernos, Uribe devolvió con creces a los que financiaron su campaña, legalizando los conflictos de interés: son los dueños de las empresas más rentables del país, se les bajan impuestos, se les ferian zonas francas, adjudican contratos leoninos y a la vez, son los que están en el Congreso, en los ministerios, en las gerencias, direcciones de los órganos de control, superintendencias, consulados, embajadas, etc. Son juez y parte. Es inaplazable movilizarnos para exigir que el derecho fundamental de elegir y ser elegido, sea real y no un carnaval electorero, donde los candidatos de la ultraderecha se disfrazan de socialistas, prometen acabar la miseria, inequidad, odio, y violencia que sus antecesores impusieron, como caricatura de democracia burguesa impuesta a sangre y fuego, para preservar por generaciones el poder del Estado. El uribismo confunde el papel del Gobierno con el del Estado, manejándolo como una finca y patrimonio de esa casta ultraderechista, autoritaria, que institucionalizó el poder entre sus descendientes, nuevas elites que se enriquecen ilícitamente, y con el poder cometen abusos y negociados. Tenemos que exigir cuanto antes el voto obligatorio para medir la verdadera legalidad y legitimidad de las elecciones populares. Es muy importante la decisión del 50% que no vota, que ha permitido secuestrar nuestra democracia. El PDA propone al Partido Verde iniciar un proceso de diálogo público y transparente para construir un acuerdo programático frente a las elecciones del 20 de junio. De lograrse llamaríamos al 50 % de los abstencionistas, a la gente de bien, que somos la mayoría, a derrotar al santismo. Ojalá que esto nos permita reaccionar y enviar el mensaje de dignidad a la comunidad nacional e internacional, de que no sufrimos de ignorancia compartida, ni nos absorbió el cinismo colectivo. *CUT BOLÍVAR cutbolivar@gmail.com

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