Columna


Intromisión del imperialismo

GIL ALBERTO FALCÓN PRASCA

27 de agosto de 2010 12:00 AM

GIL ALBERTO FALCÓN PRASCA

27 de agosto de 2010 12:00 AM

El comunicado #40, del 17 de agosto de 2010, de la Corte Constitucional, determinó: “Remitir al presidente el denominado Acuerdo Complementario para la Cooperación y Asistencia Técnica en defensa y Seguridad entre los Gobiernos de Colombia y EUA, suscrito 30 de octubre 2009, para el trámite constitucionalmente previsto para los Tratados Internacionales”. El Acuerdo Complementario no puede surtir efectos sin el trámite constitucional para los tratados, y no puede haber acto normativo sin dicho control. No se está ante un acuerdo simplificado sino frente a un instrumento que pone nuevas obligaciones al Estado, y extiende las adquiridas antes, debiéndose tramitar como tratado internacional, aprobado por el Congreso y revisado por la Corte Constitucional. Autoriza usar las bases de Palanquero, Malambo, Tolemaida, Larandia, Apiay, Cartagena y Málaga, y además establece “el acceso y uso de instalaciones…; en todo el territorio nacional incluyendo a los aeropuertos comerciales”, sin restricciones, e “inmunidad plena a los militares, civiles y contratistas que entrarán a territorio colombiano en el marco del convenio”, dice el documento de la Fuerza Aérea de EEUU. “Invertir en Palanquero para convertirla en ‘Localidad de Cooperación en Seguridad’, que apoyará la Estrategia del Teatro del Comando Combatiente, para las operaciones de espectro completo en una subregión crítica en nuestro hemisferio, donde la seguridad y estabilidad están bajo amenaza constante de las insurgencias, los gobiernos antiestadounidenses, la pobreza y los desastres naturales”, agregan. Se firmaron otros acuerdos militares con EUA: en 1938, tropas en las costas colombianas; en 1952, primer país de América en firmar un programa de asistencia militar; en 1954, expertos de inteligencia entrenan a los colombianos; en 1959, para combatir a la guerrilla; en 1962, Plan Laso, para combatir al comunismo; en 1974, Acuerdo Misiones Ejército, Naval y Aéreo de las Fuerzas Militares de EEUU en Colombia; en 1990-1997, contra el terrorismo; en 1998, el Plan Colombia para derrotar el narcotráfico y lo que ahora denominan eufemísticamente “terrorismo”. EUA, poder unipolar, gendarme universal, imperio guerrerista y agresor contumaz, es el violador número uno de los DDHH y DIH en el mundo. Hay dos traiciones grandes a la patria de nuestros “gobernantes” para sus intereses particulares, dejando al país sojuzgado y ultrajado: permitir que EEUU nos robara a Panamá (“I took Panamá”, dijo Roosevelt); y firmar AUV un Acuerdo Complementario Militar, con los mismos EEUU, para sus intereses imperialistas, y lo muestran con el cinismo e hipocresía propia de nuestra perfumada y despiadada burguesía criolla, y no se ruborizan al utilizar a Dios, afirmando que estos tratados son una bendición y debemos orar para que la “confianza inversionista” siga explotando nuestra mano de obra, recursos naturales, y sepultando la autodeterminación de los pueblos. Los nombramientos en la Comisión de Acusaciones, la Contralora, el jefe del DAS, el apoyo de AUV en comisión de la ONU, las permanentes plegarias de Santos a los milagros de San Uribe y la segura legalización en el Congreso de la entrega 7 bases militares, muestran que se fue un mesías, pero dejó a su “santo”, mensajeros y guardianes mayores de los EUA. *CUT BOLÍVAR cutbolivar@gmail.com

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