Columna


La alegría de los hijos, los rostros de los abuelos

SARA MARCELA BOZZI ANDERSON

17 de agosto de 2010 12:00 AM

SARA MARCELA BOZZI ANDERSON

17 de agosto de 2010 12:00 AM

Sin ser feminista pura, gozo indescriptiblemente cuando veo a una mujer disfrutando de su trabajo y aportando desde su saber un granito de su tiempo para dignificar la vida. Para “llegar” hasta donde Diana Lago de Vergara, la primera doctora de la Universidad de Cartagena graduada en la Universidad Complutense de Madrid, fue preciso subir unas escaleras eternas hasta la esquina en donde ha construido la “Capilla del Doctorado.¨ Diana es la Directora del Doctorado en Ciencias de la Educación que ofrece la Universidad de Cartagena en red con diez universidades regionales de Colombia. Tanto a ella como a mí, nos llaman “las pesadas¨, porque parecemos pintadas por Fernando Botero (O sea, que valemo$ mucho), y somos muy, pero muy intensas. Ella, siempre cuidando su imagen, adorna su discurso pedagógico envolviéndolo en las finas telas de Amalín de Hazbún, que la hacen ver más delgada y, en todo caso, más elegante. Desde joven, a Diana le fascinó la escritura. En 1978, su padre, el médico Gabriel Lago, dejó al morir una columna sobre “Leonismo” en el Diario de la Costa, que ella continuó escribiendo todas las semanas. Diana heredó de su padre el amor por el trabajo intelectual y su sabiduría. “Eso me relacionó de manera afectiva con el conocimiento”, dice y añade que por eso su familia entera se encaminó por la vocación educadora, transmitida de generación en generación. En 1992, cuando Diana tenía cincuenta años, viajó a España con sus hijos para cursar el Doctorado en Filosofía y Ciencias de la Educación. Desde el año 1998 al 2002 hizo estudios post doctorales en la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Libre de Bruselas y el Instituto Iberoamericano de Berlín. Esto es un reflejo de su gran vitalidad, de su rigor intelectual, y de su gran compromiso social. Su filosofía educativa se inspira en los conceptos de Vigostky, que fomenta la educación para comprender el entorno, enfatizando en la creación de escenarios de aprendizaje y del conocimiento desde la cotidianidad. Así, Diana ha ejercido su vocación de “maestra¨, en el mejor sentido del término, sirviendo a las comunidades marginales de Cartagena, donde descubrió la necesidad de fortalecer la educación como herramienta de desarrollo social y de construcción ciudadana. Es una caminante infatigable por todos los continentes, demostrando su espíritu investigativo y su interés por conocer otras culturas. Diana ha viajado por Europa, Asia, Estados Unidos y América Latina, consolidando grupos de investigación aquí y allá, fundando nuevos programas, sembrando el futuro con la Ciencia y la Filosofía. Su dinamismo y su compromiso para mejorar la calidad de vida de la población la ha llevado a impulsar las maestrías en Educación, Ciencias Físicas, y Ciencias Ambientales. En sus foros nos habla de la formación de una mujer nueva, aquella que integra a su trabajo, los olores y sabores del pasado, los rostros de los abuelos, la visión alegre de sus hijos. Con una amplia sonrisa, Diana siempre dice: “Quiero mucho a mi Universidad de Cartagena, porque todos los rectores han respetado mi trabajo, en los caminos que he ido construyendo. Siempre se me ha apoyado y he mostrado resultados.” A sus 67 años, la llaman la ‘siempre viva’, y yo diría también, la llaman ‘la siempre estoy’. *Directora Unicarta. saramarcelabozzi@hotmail.com

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