Columna


La campaña

MIGUEL YANCES PEÑA

12 de abril de 2010 12:00 AM

MIGUEL YANCES PEÑA

12 de abril de 2010 12:00 AM

Aunque no lo mencionen en sus discursos, y eviten responderlo en las entrevistas y debates, lo cierto es que ninguno de los candidatos presidenciales está en capacidad de cambiar el rumbo de la política antidroga estadounidense. Y de ella depende la actitud que asuma el elegido con la guerrilla y con los vecinos díscolos. No se necesita estar súper bien informado, ni tener una mente brillante para comprender que todo lo que involucra la lucha contra las drogas y la guerrilla –lo volvieron sinónimos- proviene de afuera, y es imposible de modificar, so riesgo de correr la suerte de Chávez y Fidel. Y todos lo han dicho: unos con más vehemencia que otros. Los más fuertes han sido Juan Manuel Santos y Germán Vargas, pero también Rafael Pardo y Noemí: tienen que parecerse a Uribe y conseguir la venia de los EUA. Quien más había suavizado su posición era Antanas Mockus (y Fajardo), pero en visita reciente a El Universal, expresó: “Sobre el asunto de los secuestrados y un posible intercambio humanitario, hay que comprender que en parte lo que las Farc hacen, obedece a la manera en que respondemos a lo que ellas hacen (…;) si uno pudiera -por arte de magia- cancelar ese efecto de antecedente, se podrían explorar esas cosas (se refiere al acuerdo humanitario) pero es como si un niño hiciera una pataleta para que le den una paleta, dársela y luego pretender que no vuelva a hacer otra pataleta cuando quiera más paleta”. Los países se van volviendo interdependientes, firmen o no tratados de libre comercio, afirma después. La interdependencia hace de la paz una obligación material exigible casi de manera inmediata, es decir, cualquier guerra perturba profundamente el comercio internacional. “Hay que crear las condiciones para que haya inversión privada, exportaciones y generación de empleo.” También habla Mockus –citando a Fajardo- de mejorar la Calidad de la educación mediante el aporte de más presupuesto (la venta del 15% de Ecopetrol) y la creación de indicadores de calidad; ¿se refiere al ECAES que ya existe? NOTA: vender un bien de capital (la empresa de petróleo) para invertir en educación no parece inteligente. Sería mejor destinar parte de las utilidades para hacerlo, o pagar con ellas un crédito mayor. No obstante tranquiliza saber que no hará un revolcón (por supuesto que Juan Manuel tampoco). Pero es que todos dicen más o menos lo mismo: ya no hay oposición porque todos se han puesto del lado que criticaban. O sea que la elección ya no tendrá que ser por programas (resulta muy complicado entenderlos y creerlos), sino por las virtudes que podamos descubrirle a cada candidato. A la larga así debe ser. Poco antes de terminar esta columna, se conoció que el anuncio de una posible unión Mockus-Fajardo que se protocoliza hoy lunes (yo habría preferido con Fajardo como candidato, pero parece que le dieron mucho valor a la encuesta del 24 marzo, o que realmente Fajardo no tenía para comprar la póliza que garantice los aportes del Estado para la campaña, como se rumora) disparó al primero, y Noemí pasó al tercer lugar. Así, Santos y Mockus irían a la segunda vuelta; si no es que el partido Conservador se olvida de la coherencia, le da rienda suelta al oportunismo, y se une a Santos para barrer en la primera. *Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe myances@msn.com

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