Columna


La elección del 30 de mayo

DARÍO MORÓN DÍAZ

22 de mayo de 2010 12:00 AM

DARÍO MORÓN DÍAZ

22 de mayo de 2010 12:00 AM

El efecto de los medios en el evento electoral destinado a escoger el próximo presidente ha sido insólito: durante el mismo crearon falsos paradigmas de algunos candidatos. En la televisión, radio y prensa escrita, imponen agendas difundidas hasta el cansancio. A pesar de que los expertos en la política realizan auténticas radiografías de los aspirantes, prevalece una avalancha de expresiones ligeras y la motivación emocional que presentan a la opinión en distintas alternativas. Durante este breve certamen electoral hubo episodios que no fortalecen a la Democracia ni a los partidos políticos, por el contrario, la debilitaron y los disminuyeron. Si los ciudadanos no reaccionan y apoyan a sus colectividades, la Democracia puede convertirse en la víctima en un país que es terreno abonado en razón a la crisis social existente. El episodio sui generis fue el de la “encuestitis”, que con la finalidad perversa de crear mayorías emotivas, se acentuó esta vez. El Consejo Nacional Electoral no fue capaz de controlarlas a pesar de haber hecho anuncios promisorios en ese sentido. Esos sondeos o encuestas, al décimo día de realizadas, crearon en el colectivo, prohijada por los medios, la especie de que no era necesario que la Registraduría Nacional realice la elección del 30 y del 20 de junio, en razón al resultado de las encuestas. ¿Y todo concluido? Otro artificio fue el de los debates televisados, que resultaron un fiasco debido a que el grupo de periodistas escogidos interrogaba a los candidatos, la mayoría de las veces, con preguntas insulsas: ¿cuántos pares de zapatos tiene?; y otras de carácter hipotético relacionadas con los países vecinos y sus mandatarios, en lugar de formular preguntas y contrapreguntas sobre los distintos programas de gobierno, que es lo que interesa a los colombianos. Un periodista se atrevió a proponer, en pleno debate televisado, que los candidatos firmaran un documento de apoyo a uno de ellos ¡Cuánta avilantez! Indudablemente que las elecciones de antes, sin encuestas, eran más democráticas. Manes de la globalización y los poderes fácticos. Ante este panorama es necesario precisar que en la Dirección del Instituto del Pensamiento Liberal de Bolívar, hasta cuando existió, preconizamos la defensa de la Democracia, la existencia de los partidos políticos y fundamentalmente el ideario y acervo doctrinario del Partido Liberal. Mantenemos esa conducta y coherencia ideológica y por tanto apoyamos la línea y programa del Partido Liberal. El liberalismo no debe caer nuevamente en el providencialismo ni mucho menos aceptar movimientos con el antifaz de la antipolítica. De tal manera que respaldaremos al Partido Liberal en las urnas, por ser el defensor de las grandes mayorías, de los más débiles, que hoy carecen de educación, de protección integral de su salud, de trabajo bien remunerado, de casa y de tierra. El Partido Liberal está proponiendo una Colombia justa con Rafael Pardo y a la vez defiende su política social, sello indiscutible del legado de Uribe Uribe, López Pumarejo, Gaitán y Lleras Restrepo, que los demócratas y liberales debemos apoyar. Lo contrario sería una grave equivocación. *Médico Cardiólogo. Ex Director de El Universal. Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina, de la de Cartagena y de la de Historia. MOROND@telecom.com.co

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