La mala hora gremial

Comentarios recientes, de muchos empresarios y lectores, coinciden con la percepción ciudadana, al advertir el mal momento que vive el liderazgo gremial de Cartagena. La crisis de los gremios se nota en la poca participación e injerencia del sector privado en las decisiones sobre proyectos prioritarios; y la escasa vigilancia y seguimiento a las acciones del Gobierno regional, que eran comunes con administraciones anteriores (Ej: el túnel de Crespo sigue adelante y los gremios callados). Casos aislados de empresas privadas con buenos nexos políticos, acceso privilegiado a las esferas altas del Estado y cierto control sobre instituciones clave no puede calificarse de “esfuerzo gremial”. Un ejemplo es la SPRC, cuyo esfuerzo individual ha sido pragmático al lograr, a su favor, proyectos muy rentables para dicha sociedad (y de rebote para la región), como el nuevo canal de acceso a la bahía y las obras del Canal del Dique, vitales para el megapuerto de Contecar y el centro logístico en el río Magdalena. La elección reciente de Junta y dignatarios de la Cámara de Comercio de Cartagena (CCC) fue el último minuto de la mala hora de los gremios y mostró cómo las vanidades personales siguen primando sobre la sinergia institucional. Los comerciantes no “fenalquizados” (tiendas, mayoristas, compraventas, etc.) llenaron ese vacío de liderazgo pero no resultaron tan “unidos y con la mayoría asegurada”, como nos hicieron creer, al no poder nombrar Presidente: ¿mataron el tigre y se asustaron con el cuero? El escaso peso económico de los 6 representantes legales elegidos en la nueva Junta (2 de ellos empresas unipersonales) sale a flote cuando se comparan las estadísticas: en su conjunto, las 200 empresas más grandes de Cartagena cerraron 2008 (montos en billones de pesos) con: $12,4 en Activos, $17,3 en Ventas, $31 en Utilidades y emplearon más de 30.000 personas; ¡ninguna de ellas fue elegida por falta de liderazgo! Mientras tanto, las 6 empresas elegidas suman apenas $66,9 millones de pesos de capital entre todas. Con el marco legal vigente, todos los empresarios, sin importar su tamaño, tienen igual derecho a estar en la Junta de la CCC, pero ¿es conveniente que la participación de las empresas que arrastran la competitividad regional sea nula? El papel jugado el pasado 3 de junio por gremios tan relevantes como Andi, Fenalco, Acopi, Asotelca, Cotelco, Camacol, Aciem, Fasecolda, Fendipetroleo, Fedegán y la Asociación de Ingenieros fue muy desteñido. Una reforma estatutaria permitiría la oxigenación sana de sus directivas (rotación obligatoria), que unida a la promoción de nuevos líderes empresariales, serviría para enderezar su rumbo para beneficio de la ciudad. “Cartagena Como Vamos” preguntó a la gente ¿cuáles instituciones están haciendo cosas para mejorar su calidad de vida? La empresa privada o empresariado (léase gremios) resultó con un modesto 12%, ratificando el mal rato. El liderazgo no es un atributo institucional sino personal; por tanto depende sólo de la calidad de los individuos; una razón más para que las directivas de los gremios hagan un esfuerzo mayor para cambiar su actitud o ceder el mando a empresarios más jóvenes. Al parecer, en la generación en la que penosamente me encuentro, parece que perdimos nuestro cuarto de hora. *Ing. Civil y MBA, Directivo Empresarial restrepojaimea@gmail.com