Columna


La seguridad es prioritaria

ALICIA BOZZI MARTÍNEZ

12 de febrero de 2011 12:00 AM

ALICIA BOZZI MARTÍNEZ

12 de febrero de 2011 12:00 AM

Cuando la percepción de los ciudadanos sobre un sector en particular y las estadísticas del mismo sector se mueven en una dirección similar, hay un hecho que amerita atención. Esto está ocurriendo con la seguridad ciudadana, que aunque es un desafío urbano nacional, en el caso particular de Cartagena inquieta porque la ciudad se afecta desde hace algunos años por un tipo de violencia que antes le era ajeno y porque la gente lo está sintiendo.
Al analizar la tasa de homicidios entre 2006 y 2010, se observa que ésta en promedio ha sido de 24,6 homicidios por 100 mil habitantes, con un pico en 2006 (29,7) y un menor nivel en 2008 (18,5). En 2010 fue de 25,0. Su comportamiento muestra que estas muertes no han podido reducirse y que tienen un comportamiento cíclico alrededor de unos niveles que no son bajos, al punto de que hoy tenemos una tasa de homicidios superior a la de Bogotá.
La principal modalidad de homicidios en dicho periodo es el sicariato, que se deriva de organizaciones criminales y de cómo éstas permean la sociedad. En 2006 el 37% de los homicidios fueron por sicariato, en 2007 el 52%, en 2008 el 46%, en 2009 el 61% y en 2010 el 50%.
Según Jorge Restrepo, Director del Centro de Recursos para Análisis de Conflictos (CERAC), resolver el problema del crimen organizado debe ser la prioridad de las autoridades de Cartagena; entender a cabalidad el sicariato y los grupos criminales y sobre esta base, planear e implementar acciones policivas de investigación criminal que desmantelen rápidamente las organizaciones criminales. Un aspecto vital para el éxito es contar con un aparato de justicia súper efectivo.
Argumenta Restrepo que aunque se visualiza que esta violencia es selectiva, entre criminales, es claro que también se extiende, se transforma y se empieza a ligar a formas de poder que disputan el control de la ciudad, a las comunidades y a quienes en ella desarrollan sus actividades productivas. Para él, Cartagena no puede cometer el error que en el pasado cometieron Bogotá, Medellín y Cali pensando que la violencia es un problema entre criminales, pues nada le conviene más al crimen organizado que ignorarlo.
Otro aspecto que inquieta y se refleja en la Encuesta de Percepción de Cartagena Cómo Vamos, es la preocupación de la ciudadanía por la inseguridad. Las personas sienten que Cartagena ya no es tan segura, que las tocan los raponazos y atracos en las calles, que no se denuncia por falta de confianza en las instituciones y que la justicia no aporta lo necesario para reducir la criminalidad.
La encuesta, sin embargo, también provee algunas salidas: los ciudadanos afirman que ver más acción de la Policía mejoraría su percepción de seguridad.
No se pretende desconocer un trabajo más estrecho entre Secretaría del Interior, Policía, Fiscalía, Juzgados, DAS, ni tampoco la implementación nacional del Plan de Seguridad por Cuadrantes de la Policía para aumentar la presencia policial.
Sin embargo, considerando la realidad de las estadísticas y la percepción, se necesita ya mayor contundencia contra el crimen organizado y el común de calle, y sobre todo, recuperar la confianza ciudadana en las autoridades.

*Cartagena Cómo Vamos

coordinacion@cartagenacomovamos.org
 

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