Dentro de los casos que a diario se atienden en el Consultorio Jurídico de la Corporación Universitaria Rafael Núñez, llamó la atención la realidad de una familia cuya vivencia pretendemos retratar en estas líneas. El señor Pedro Pérez, se acerca solicitando que se le apoye en la solución a una serie de conflictos que se le han presentado con su familia. Lo que desconocíamos era que la causa principal de los problemas del solicitante era su discapacidad auditiva y el manejo inadecuado por parte de su núcleo familiar. De esa discapacidad se desprendían los problemas de comunicación entre los cónyuges, los tratos indelicados por parte de los hijos de la pareja hacia el padre, y por supuesto las indelicadezas de una sociedad que aún no ha aprendido a respetar las diferencias y a convivir con ellas. El señor Pedro Pérez y su compañera construyeron dos casas durante su convivencia. La compañera, señora María de Pérez, abandonó el hogar y se trasladó de ciudad, iniciando una nueva unión y dejando en Cartagena a su antiguo compañero y a los hijos habidos durante los años de convivencia. Luego de tres años regresa a esta ciudad, persiguiendo la división de los bienes, pretendiendo que se le entregara la mejor de las propiedades, toda vez que la otra vivienda aún se encontraba en obra negra y estaba habitada por los tres hijos de la unión. Pedro Pérez pretendía por su parte, continuar habitando la vivienda en mejor estado, entre otros aspectos, porque poseía un local comercial del cual percibía un arriendo mensual, que constituía su subsistencia ante la imposibilidad de conseguir un empleo, teniendo en cuenta su discapacidad auditiva que le impedía trabajar en la construcción, su vieja actividad económica. La solución propuesta en el presente caso fue conciliar, permitiéndole al señor Pedro Pérez continuar habitando la casa tal y como lo venía haciendo, por los motivos ya conocidos. De la misma manera, se le asesoró en el sentido de que adquiriera un audífono que le mejorara la calidad de vida, y teniendo en cuenta que todos los problemas tenían un origen común en la falta de comunicación, se realizó una terapia familiar para que los hijos aprendieran a convivir con la discapacidad del padre y pudieran permitirle vivir de manera tranquila y digna en su núcleo familiar. Puede observarse cómo alrededor del solicitante de la conciliación, confluyeron las situaciones que van desde el abandono de su pareja, hasta la insolidaridad de su familia y la sociedad, pasando por el desempleo de cual era víctima. Todos estos aspectos juntos, hacían de Pedro Pérez una persona agresiva y ansiosa, que al querer comunicarse con el mundo encontró siempre limitaciones físicas y del espíritu de quienes le rodeaban. Este caso se convierte en una verdadera enseñanza para todas las personas y especialmente en una invitación a la tolerancia, la solidaridad y al respeto por las diferencias. *Asesora Familia Consultorio Jurídico Corporación Universitaria Rafael Núñez Docente Derecho de Familia y Sucesiones antonia.pardo@curnvirtual.edu.co
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