Columna


Liderazgo y poder cartagenero

GERMÁN DANILO HERNÁNDEZ

24 de noviembre de 2009 12:00 AM

GERMÁN DANILO HERNÁNDEZ

24 de noviembre de 2009 12:00 AM

La “ausencia de liderazgos” suele ser argumento recurrente para explicar los múltiples problemas que afronta Cartagena. La dirigencia cívica, política, comercial, industrial y turística, es cuestionada con frecuencia por no cumplir liderazgos idóneos en sus áreas. De igual manera la poca representatividad nacional se achaca de manera cíclica a la carencia de líderes con fuerza suficiente para llegar a las altas esferas de poder, o de incidir en sus decisiones. No hay reunión donde se aborde el pasado, presente y futuro de la ciudad, en que no se analice con preocupación la “crisis de liderazgo local” y se proponga la necesidad de incentivar la formación de líderes, como fórmula salvadora. Contrario a ese convencimiento de muchos, María del Rosario Arrázola, en su reciente artículo “El Poder de Cartagena”, en El Espectador, nos enrostra que: “El liderazgo cartagenero hoy tiene presencia en los poderes públicos, las Fuerzas Militares y otros círculos del poder”. Con un listado de nombres y apellidos como argumento, la columnista sostiene que desde los tiempos de Rafael Núñez la Heroica no tenía tantos “hijos ilustres en los círculos del poder”. El minucioso recorrido de la colega por los poderes del Estado le permitió encontrar a más de una decena de cartageneros de nacimiento o adopción en la cúspide de la Fiscalía General de la Nación, la Corte Suprema de Justicia, el Consejo de Estado, la Corte Constitucional, el Consejo Nacional Electoral, la Presidencia del Congreso, la Secretaría Privada de la Presidencia de la República; el Ministerio y vice ministerio de Minas, y la comandancia de las Fuerzas Militares, dejando por fuera un número mayor de instituciones con representación criolla. Si bien con ese recorderis editorial, la tesis de la crisis de liderazgos sufre un revés en términos numéricos, porque es incuestionable los ilustres cartageneros en los centros decisiones del Estado, la reflexión debería establecer por qué, a pesar de conquistar cargos de poder nacional, los líderes cartageneros no han logrado superar el rezago histórico de la ciudad. Olga Acosta, directora de la Escuela de Gobierno y Liderazgo del Distrito, no cree en la falta de líderes locales, pero sí en sus dificultades para conformar equipos que jalonen hacia un mismo lado en los propósitos colectivos de ciudad. Las metas de poder trazadas y alcanzadas por líderes no está exenta de “codazos” y afanes de protagonismo, lo que hace que los beneficios generales tengan déficit frente a las conquistas individuales. A pesar de su corte de “hijos ilustres en el poder”, Cartagena sigue afrontando elevados niveles de marginalidad, pobreza y exclusión, lo que hace dudar de la efectividad de sus líderes nacionales, de ayer y de hoy. Probablemente se sientan realizados plenamente y pasarán a la historia por “volar tan alto”, pero se sigue esperando que tales logros sean capitalizados integralmente por la ciudad. Hay muchos cartageneros poderosos, algunos líderes de sus propias causas y otros son quijotes de ideales colectivos, pero el asunto es más conceptual que estadístico, y la sumatoria de realizaciones individuales no puede llevar a la conclusión de que “Cartagena tiene el poder”. *Trabajador Social y periodista, docente universitario, asesor en comunicaciones. germandanilo@hotmail.com

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