Columna


Lo mediático y la antiética

DARÍO MORÓN DÍAZ

23 de enero de 2010 12:00 AM

DARÍO MORÓN DÍAZ

23 de enero de 2010 12:00 AM

En los últimos meses en la prensa y revistas internacionales: Washington Post, New York Times, El País de España, The Economist, etcétera, con argumentos sólidos, se pronunciaron en contra de la segunda reelección del presidente Álvaro Uribe. En el país, sin embargo, la radio, la televisión y en medios impresos incluyen tales opiniones como una noticia más, sin hacerle algún comentario crítico. Por el contrario, difunden y destacan las intervenciones radiales del candidato reeleccionista en cualquier ciudad o pueblo y a la vez complementan la información con los sucesos violentos o delincuenciales y hasta los discursos de los mandatarios de países vecinos con la finalidad de atemorizar al colectivo. Es una táctica reiterada que dio buen resultado antes. En la estrategia política, el Poder mediático, en la globalización, adquirió mayor relevancia. Es evidente la influencia de los medios que propalan lo que conviene al gobernante de turno: consignas e intereses que tendrán una en el pasad influencia en el pasado sobre el ciudadano. Realmente en el poder mediático actúan los llamados “persuasores ocultos” que señalaba acertadamente, Erich Fromm, refiriéndose a la libertad de expresión. Pero es preciso resaltar que la Democracia es consustancial con la ética y la transparencia, tanto la una como la otra la fortalecen y consolidan. Los líderes deben ser transparentes y éticos. En los gobiernos autoritarios y corruptos se omiten tales principios, ignoran la ética y la transparencia, por ser contrarias a sus objetivos de poder, lo que finalmente debilita la reserva moral del Estado. A propósito de lo antiético en la política, en la televisión, vimos la entrevista que, hace algunos años, el expresidente Nixon le concedió al periodista David Frost. Ese reportaje fue importante y definitivo porque durante el mismo el expresidente Nixon aceptó su culpabilidad en el caso Watergate, escándalo que lo obligó a renunciar a la Presidencia. El periodista le preguntó a Nixon sobre la responsabilidad de los miembros de su Partido Republicano en el delito cometido en la sede del partido demócrata en el edificio Watergate. El periodista condujo a Nixon a confesar: “a veces cuando se está en la oficina (Presidencia) se hacen cosas que no son legales, pero que debemos hacerlas”. “Ello no es ilegal”, afirmó Nixon, y ante esa respuesta, el reportaje se suspendió en medio del estupor del entrevistador y del propio equipo asesor del expresidente. Traemos a colación esas históricas frases de la antiética política, del expresidente Nixon, en razón a la semejanza que existe en el aspecto ético con las argumentaciones del Procurador Nacional en su pronunciamiento sobre la exequibilidad del Referendo. El funcionario no consideró graves los actos delincuenciales que utilizaron los promotores del proyecto, el cual está plagado de vicios de ilegalidad y otras maniobras tortuosas. El Procurador, con una dosis alta de cinismo, no las considera graves. Es indudable que el poder mediático hipertrofiado y la antiética política tienen influencia nefasta en la política globalizada de hoy. *Médico Cardiólogo. Ex Director de El Universal. Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina, de la de Cartagena y de la de Historia. MOROND@telecom.com.co

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