Una de las cuestiones más polémicas de los sueños monárquicos del presidente venezolano Hugo Chávez, es pretender expandir e imponer a marcha forzada su visión política del Socialismo del Siglo XXI en América Latina y el Caribe, dentro de un unanimismo ideológico y no sobre la base de una integración, sustentada en diversidades ideológicas. Su liderazgo se ha basado en la violación del principio universal de no intervención en los asuntos internos de otros países y en la retórica nacionalista, antiimperialista y camorrista que ha le permitido “crear” en el imaginario unas supuestas amenazas externas a su ideario político autoritario para poder estructurar una mayor cohesión para su expansión en el Continente. El suyo es un socialismo que en opinión del historiador venezolano Agustín Blanco Muñoz, “no ha cambiado nada en términos socialistas la estructura económica de Venezuela, lo que existe es una mezcolanza de populismo y asistencialismo, en donde se están aplicando las mismas prácticas clientelistas que utilizaron los partidos tradicionales desde hace más de cuatro décadas, pero ahora trasladadas a las políticas revolucionarias del chavismo”. Una “revolución” que en la práctica no es más que una utopía indescifrable, debido a las confusiones ideológicas del propio Chávez, que divaga entre las recetas de la decadente revolución cubana, los delirios de su reencarnación de Bolívar y la adopción de los radicales fundamentalismos autocráticos de tiranos de las estirpes del libio Gaddafi y del iraní Ahmadineyad. El hecho es que para la expansión del proyecto chavista, el dominio geopolítico de Colombia es un asunto clave por el significado histórico que tiene en el simbolismo de pensamiento de la gran monarquía que soñó configurar Bolívar. Por esa cuestión y otras conexas será muy difícil que durante la permanencia de Chávez en el poder se normalicen las relaciones con Venezuela y, más aún por el papel que están jugando en la tensiones diplomáticas los asesores militares rusos, iraníes y cubanos que tiene el chavismo en asuntos de seguridad y defensa. Es un tema que poco se ha ventilado, pero que habrá que examinarse con mayor profundidad para conocer más detalles sobre el rol que pueden están desempeñando estos asesores en las crispaciones de las relaciones colombo venezolanas, especialmente en lo que tiene que ver con los supuestos planes de ataque e invasión desde Colombia. Se sabe que los planes de seguridad y defensa venezolanos fueron elaborados con cooperación de asesores militares y políticos cubanos, iraníes y rusos, quienes desempeñan un papel cada vez más influyente en el gobierno de Chávez y, desde luego, no es descartable que tengan ciertas incidencias en las confrontaciones entre Caracas y Bogotá. Lo cuestionable del gobierno de Chávez es que habla cínicamente de entrega de soberanía y de injerencia de tropas extranjeras en otros países. Sin embargo, tiene asesores militares cubanos, iraníes y rusos en su seguridad personal y en la inteligencia militar, que pueden ser parte del andamiaje de atizadores de su belicismo en contra de Colombia. *Periodista y escritor jemosquera@une.net.co
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