Columna


Los izquierdos

AUGUSTO BELTRÁN PAREJA

21 de agosto de 2010 12:00 AM

AUGUSTO BELTRÁN PAREJA

21 de agosto de 2010 12:00 AM

Tal vez la izquierda más poderosa en la historia de Colombia ha sido la de Alfonso Valiente. Contrastaba esa descomunal potencia con sus escasas ciento diez libras. Sus impactos no requerían atinar un blanco pleno, golpear de refilón era suficiente. Pero por esas vainas que suceden, el pegador más contundente no fue campeón del mundo, nunca estuvo en el ranking, y sólo lo recordamos como una leyenda trágica, como el desperdicio de un recurso natural no renovable. Otro izquierdo, Inocencio Rodríguez, coincidió con Orlando Cepeda en los campos de entrenamiento del Big Show. Era tal su fuerza y poderío que desplazó en forma transitoria a ese fenómeno del béisbol, que hoy está en el salón de la fama. A Inocencio lo atacó la nostalgia, y se regresó a la heroica. La izquierda también tuvo negativa influencia para Andrés Cavadía, quien siendo excelente no pudo alcanzar la dimensión que Petaca y Chita Miranda tuvieron como insignias de nuestra pelota caliente en su mejor época. En nuestro medio los zurdos son escasos. Hemos visto sin explicación su mala fortuna. Cuando un muchacho tiende a ejercer motricidad con la izquierda, quien le enseña suele corregirle para que use “correctamente” su mano derecha. Esta pedagogía del capricho no creemos que persista, cuando la mayoría de los maestros pertenece a Fecode, organización con manifiesta influencia de un movimiento político que dice ser de izquierda, progresista y abanderado del cambio. Desde la “Ética a Nicómaco”, Aristóteles, enfatiza la readaptación convencional de diestros y zurdos para brindarles posibilidades más amplias. Sin embargo, las investigaciones dedicadas al cerebro muestran que la orientación derecha e izquierda del cuerpo no es intercambiable, sino que está sujeta a una determinada asimetría. A ello se agregan costumbres culturales, por ejemplo, el trazo de la escritura, que no deja de afectar nuestros hábitos visuales, e incluso el ingreso en el espacio de la imagen. Finalmente, la distinción entre derecha e izquierda, que tanta pasión genera, está llena de connotaciones sociales, legales, y políticas. La ubicación de las bancas parlamentarias, donde se les reserva el lado izquierdo a los partidarios del cambio; allí donde derecha vale como lo normal y estable, con la izquierda se vincula una posición alternativa y rebelde. Siempre ha habido un supersticioso rechazo a la izquierda y sus significados, pero el colmo llega con el concepto de siniestro. En su definición se equipara a mala intención cuando no a desgracia, a un hecho funesto, accidental o trágico. Sin embargo se atribuye a la izquierda condición sentimental. De ese lado queda el corazón. A los animales se les dice izquierdos cuando tienen defectos en su andar al separar las pezuñas y aproximar sus rodillas. Nuestra sabiduría popular simplemente les llama “Pata de cama” o curvos. En la torería los diestros son las figuras, pero se les pondera y magnifica por lo que hacen con la izquierda, en una ejecución que denominan natural. La cosa se acentúa cuando a alguien le dicen no sólo que es un cero, sino que es un cero a la izquierda. Después de tanta vaina, todavía pretendemos que quienes se confiesan de izquierda no tengan alguna susceptibilidad y prevención. *Abogado, Ex Gobernador de Bolívar y Ex parlamentario. augustobeltran@yahoo.com

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