Columna


Los nadies, los ninguneados

CLAUDIA AYOLA ESCALLÓN

04 de marzo de 2010 12:00 AM

CLAUDIA AYOLA ESCALLÓN

04 de marzo de 2010 12:00 AM

El Pie de la Popa es un barrio estrato 5 de Cartagena que en los últimos años subió medio estrato simbólico por la presencia de un centro comercial lujoso. Cuando era niña lo más divertido que había era una tienda llamada Puya sapo. Uno no decía “nos encontramos en Caribe Plaza”, uno decía “nos encontramos en la Puya sapo”. Tiempos aquellos en los que sonaban las campanas de la Ermita a las 6 de la tarde. Sin embargo, el barrio, tiene muy poco de estrato 5. Cuando llueve, se inunda, es ruidoso, poco seguro y no tiene andenes para la gente. Es nicho de todos los personajes callejeros que compran “patraseado” en las ollas de La Quinta o del barrio Chino y de cada loquito cuya idea delirante no lo deja alejarse de la puerta de la iglesia. Los “gamines” –como la gente les dice- limpian los vidrios de los carros y consiguen unos pesos para comer algo y para armarse una pipa con la que pasarán la noche. Para contribuir con un panorama sórdido, un sector vecino se ha convertido en escenario de sicariato, dejando un saldo de varias víctimas mortales en la zona. Entre la gente de la calle, conozco al señor Juan José. Es un reciclador nacido en El Carmen de Bolívar. Todos lo conocen en el barrio. Entra a los edificios y saca la basura, hace mandados con billetes arrugados en la mano y con un cambio de monedas que luego le dan de propina. Es un hombre flaco y trajinado por la vida. Nunca pide plata. El señor Juan se pasea por el callejón Méndez, por el Lequerica, el de las viejas y por todo Camino Arriba. A veces nos sentamos a hablar de la vida. Dice que el barrio está muy inseguro. La noche del jueves 18 de febrero, cuando dormía en una calle, indefenso, el señor Juan fue atacado. Al parecer lo quieren fuera del sector. Es posible que quieran limpiar el barrio de tanto “vago” –aunque si fuera por vagos, tendrían que empezar incluso por algunas casas-. Quién lo hizo, no es mi problema. El señor Juan ha dicho que tampoco será el suyo, que esas cosas pasan en la calle. Pienso en la gente que duerme tranquila en su almohada. Me pregunto qué quieren. Qué queremos. Querrán saber qué ocurre en las noches en las calles o solamente estarán preocupados por tener un barrio limpio de gente sucia. A todos nos molestan los “gamines”, los recicladores, los locos pidiendo plata…; todos malolientes, con las caras chamuscadas por el sol. Nos molesta que nos sorprendan amenazantes en un atraco disfrazado de limosna. Nos intimidan, nos roban y deterioran la estética de la calle. Pero son gente…; y las calles se llenan de gente de la calle cuando como Sociedad y como Estado no hemos podido generar otras alternativas. Se me ocurre pensar en Los Nadies, un texto de Eduardo Galeano, que comienza así: “Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres”, y finaliza con una sentencia que reza “Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata”. Ojalá que por limpiar las calles, no se nos quede sucia la conciencia. *Psicóloga claudiaayola@hotmail.com

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