Columna


Marea negra en el Golfo

DARÍO MORÓN DÍAZ

05 de junio de 2010 12:00 AM

DARÍO MORÓN DÍAZ

05 de junio de 2010 12:00 AM

En el Golfo de México, una marea negra ocasionada por el petróleo que sale de un pozo en el fondo del mar, se mueve constantemente hacia las costas de Luisiana, Misisipi y Alabama, en los Estados Unidos. El impacto que tendrá ese derrame de petróleo sobre el ecosistema es difícilmente calculado por los especialistas. En El Universal, en el año 2000, en un Taller relacionado con la Ampliación de la Refinería de Cartagena, argumentamos que en razón a que la exploración y explotación petrolera era mínima en el país, necesariamente debía explorarse el fondo marino en las costas colombianas. No obstante, hoy ante la magnitud del accidente en el Golfo de México y los gastos que ocasiona controlarlo creemos que debería evaluarse si esa exploración y extracción en el mar es conveniente o no. Los derrames de petróleo son frecuentes, pero su máxima expresión es el accidente en el yacimiento "Macondo", en el Golfo donde una plataforma extractora de la British Petroleum (B.P.) estalló el 20 de abril ocasionando la muerte de 11 personas. El derrame de crudo está a 1,5 kilómetros de profundidad con una extensión de 1.550 kilómetros. Este tipo de accidentes es más común de lo que imaginamos, cada semana ocurren derrames de petróleo o de otras sustancias contaminantes. En los primeros diez meses de 1990 hubo derrames de petróleo crudo por más de 128 millones de litros, cantidad superior a 105 millones de litros, vertidos al mar en la década anterior. En el mismo Golfo de México, en 1979, la plataforma Ixtoc vertió al océano más de 700 millones de litros de petróleo. En marzo de 1989, el buque tanque Exxon Valdez derramó a las aguas del golfo del Príncipe Guillermo, en Alaska, 4 millones de litros de petróleo crudo. En el Golfo Pérsico durante la guerra de Irak, como consecuencia del bombardeo a las refinerías, se produjo un derramamiento de petróleo que fue catastrófico. Esa región es la más contaminada del planeta, y se calculó que más de 525 millones de litros de petróleo cubrieron la superficie del golfo. El efecto negativo del derrame no es solamente el que muestran las cámaras de televisión de los noticieros mundiales: la muerte de las aves, peces y otras especies marinas, a los cuales la viscosidad del líquido impide su movilización y por tanto mueren. Un daño importante ocurre en el fondo marino donde las algas y el fitoplancton no reciben la luz necesaria para la fotosíntesis, al ser bloqueada por el petróleo. La (B.P.) ha gastado millones de dólares tratando de controlar el derrame del crudo: usaron una inyección de líquidos pesados en el sitio por donde sale el petróleo, pero todo ha sido en vano. Así mismo intentaron poner una campana sobre el lugar del accidente, estrategia que también falló. El presidente Barack Obama anunció que la (B.P.) tendrá que pagar los daños ecológicos causados en las costas de las zonas afectadas, y esto representará cifras calculadas en millones de dólares. Esa última consideración es la que nos hace cavilar: sobre si un país subdesarrollado como Colombia, estaría en capacidad de afrontar un accidente de esa magnitud en caso de presentarse en el mar Caribe. *Médico Cardiólogo. Ex Director de El Universal. Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina, de la de Cartagena y de la de Historia. MOROND@telecom.com.co

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