Columna


Medellín y Montería

CÉSAR CABALLERO REINOSO

12 de junio de 2010 12:00 AM

CÉSAR CABALLERO REINOSO

12 de junio de 2010 12:00 AM

Medellín y Montería son las dos ciudades con mayor desigualdad por ingresos de Colombia, uno de los países más desiguales, de la región más desigual del mundo. Los resultados más recientes de la Misión para el Empalme de las Series de Empleo, Pobreza y Desigualdad, así lo indican. La forma más tradicional de medir la desigualdad es mediante el índice de Gini. Este se mueve entre 0 y 1. Mientras más bajo sea, significa que la distribución de los ingresos de la población es más equitativa, mientras más cercano a 1, implica una peor situación de desigualdad. La serie oficial disponible, muestra que el GINI para el 2002 era de 0,594, tuvo su punto más bajo en el 2003 donde llegó a 0,573 y en 2009, último dato disponible quedó en 0,578. Para 2006 y 2007, por los cambios de metodología en las Encuestas de Hogares, el país no cuenta con dicha información. En medio de la crisis y ante un fuerte deterioro en la calidad del empleo, el GINI, en el nivel nacional, muestra una leve mejoría entre 2008 y 2009, disminuyendo cerca de 1 punto. Esto puede explicarse, no por una gran prosperidad económica, sino por el efecto de los programas de subsidios condicionados como Familias en Acción y la Red Juntos, en el contexto de un empobrecimiento general de la población. Al observar los resultados por ciudades, en casi todas se presenta una mejoría entre 2008 y 2009. Pereira, que como es de público conocimiento tiene la tasa de desempleo más alta del país, presenta una disminución en el Gini, de 0,513 en 2008 a 0,486 en 2009. Solo dos ciudades presentan un deterioro, precisamente, Medellín: de 0,508 a 0,552 y Montería: de 0,564 a 0,566. La desigualdad continúa siendo uno de los problemas centrales de la sociedad Colombiana y se explica no sólo por la concentración de los activos, como la tierra y los ingresos, sino también por la discriminación en oportunidades en nuestro país. Para enfrentar la desigualdad, se requiere un sistema tributario que la promueva, tal y como lo señala Horacio Ayala en su último artículo: no basta con buscar una reducción de la inequidad vía el gasto, es también absolutamente necesario tener un sistema de ingresos tributarios que no solo recoja recursos, sino que también, en su estructura, promueva la equidad cobrando proporcionalmente a los ingresos, tarifas más altas a los más pudientes y más bajas a quienes tienen menores recursos. Existe consenso en los expertos tributarios en el sentido de la inconveniencia para el corto y largo plazo de la gran cantidad de exenciones generadas por este Gobierno, para grupos específicos de la población. Por ello, una reforma tributaria seria y responsable es prerrequisito para combatir de forma efectiva la pésima distribución de los ingresos en nuestro país. Esto no implica un aumento de las tarifas formales. Por ejemplo, yo no estaría de acuerdo con un aumento de la tarifa nominal del impuesto de renta, sino con una modificación en la tasa efectiva que se recauda, pero para poder hacerlo se requiere eliminar una parte importante de las exenciones y eso tiene que pasar por el Congreso. *Cifras y Conceptos ccaballero@cifrasyconceptos.com

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