Las conversaciones de Paz entre Israel y Palestina son frecuentes, las mismas se realizan cada cuatro o cinco años y coinciden casi siempre con los cambios de presidente en los Estados Unidos. Después de esos Pactos, Tratados u Hojas de Ruta, analistas internacionales expresan opiniones ambivalentes, unas de optimismo exagerado, otras muestran un pesimismo realista. Lo único cierto es que en ese prolongado proceso el panorama del Medio Oriente ha tenido muchos actores comprometidos en la búsqueda de una paz que ha resultado esquiva. Debemos mencionar como protagonistas del lado de Israel al premio Nobel de la Paz Isaac Rabin y a Jasser Arafat de Palestina, también Nobel de Paz. Ambos ya no fungen en ese escenario belicoso del Medio Oriente. Rabin fue asesinado por un fanático judío y Jasser Arafat murió, sin conocerse el veneno o la bacteria que le ocasionó la muerte, en una bien elaborada enfermedad del terrorismo biológico (Secreto de Estado). Esa nada armoniosa vecindad se ha caracterizado por la relación de los gobiernos de Estados Unidos, con los primeros ministros de Israel. De esa manera Jimmy Carter, Bill Clinton, y George W. Bush fueron mediadores o facilitadores, como se estila llamar hoy en el lenguaje diplomático. A Bill Clinton en 1993 le correspondió el Pacto de Oslo en el que los actores fueron los arriba mencionados: Isaac Rabin y Jasser Arafat. Ese pacto secreto parecía tener mejor futuro, sin embargo, después quedó prácticamente sin aplicación debido a las actitudes beligerantes de los primeros ministros israelíes. En el año 2000 fue la reunión de Camp David con la intervención del primer ministro israelita Ehud Barak y Jasser Arafat por la Organización de Liberación de Palestina (OLP), sin resultados tangibles. Posteriormente la del año 2003 entre Ariel Sharon y Abu Mazen, de la Autoridad Nacional Palestina, que así mismo pasó sin pena ni gloria. Posteriormente la de Annapolis entre el ministro israelita Ehud Olmet y Mahmud Abbas, de la Autoridad Nacional Palestina. Ahora el presidente Barack Obama y su secretaria de Estado, Hillary Clinton, se convirtieron en catalizadores de nuevas conversaciones entre las partes en conflicto. Benjamín Netanyahu, el primer ministro de Israel y Mahmud Abbas, el presidente de Palestina, están sentados en la mesa de conversaciones en Washington. Ya salieron a flote los problemas: el bloqueo de la franja de Gaza, los asentamientos en Cisjordania y la exigencia de que Israel sea reconocido como Estado por los Palestinos. En esta ocasión la logística es diferente, está proyectada para acordar nuevos encuentros durante 12 meses, sin apresurarse a firmar un acuerdo. Está por verse si el talante del mandatario Barack Obama, que ha mostrado su sagacidad para sacar avante sus proyectos, llegue a buen suceso en este álgido problema en el Medio Oriente. NOTÍCULA. En cuanto al "Túnel de Crespo", he recibido comentarios tímidos. Me hacen pensar en el "Tuerto López y sus vencejos", o en el libro "La ciudad vencida". *Médico Cardiólogo. Ex Director de El Universal. Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina, de la de Cartagena y de la de Historia. MOROND@telecom.com.co
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