Columna


No más circo con animales

CLAUDIA AYOLA ESCALLÓN

22 de julio de 2010 12:00 AM

CLAUDIA AYOLA ESCALLÓN

22 de julio de 2010 12:00 AM

La gente aprovechaba para tomarles fotos. Los pobres leones no se inquietaban, parecían resignados a su suerte. Una nota en el periódico explicaba que los leones quedaron expuestos a la mirada de todos, cuando al ser transportados por la avenida Pedro de Heredia, el vehículo se había quedado varado. El trancón monumental que se formó alimentaba una escena caótica y triste. De dónde vienen esos pobres animales, qué sienten, qué extrañan. Cuánto le cuesta un león a un circo, dónde los compran, quién se los vende, cuánto les cuesta mantenerlo. Cuánto ganan por ello. El propósito es netamente económico, porque los animales del circo no responden a ninguna política conservacionista, sólo están allí para hacer que los asistentes se diviertan y los dueños del circo se enriquezcan. No hay arte en un animal prisionero. No hay teatro mayor que aquel que se monta haciéndole creer al público que el perro baila y que el mono se ríe. Todo es falso. Ni siquiera el león es tan furioso ya, está triste y deprimido, su dignidad de rey de la selva ha quedado en otros tiempos. Tampoco el payaso está tan feliz. Quién regula la compra y venta de animales a los circos, quién regula el trato que se les da. Uno de los parques del país recibió a un león macho alfa, que antes pertenecía a un circo. Por tratarse de un macho dominante, era más agresivo que el resto. El entrenador del circo, para facilitar su trabajo, le hizo quitar las garras. En la web circulan videos que denuncian los malos tratos que reciben los animales para ser amaestrados en los circos. El dinero que recaudan en la función, no se destina para su mantenimiento. En la ciudad existe el rumor de que algunos circos han ofrecido 10 mil pesos por cada perro callejero que les lleven, al parecer para alimentar a sus tigres y leones. Quisiera pensar que se trata de una leyenda urbana, pero al parecer es una estrategia para alimentar a los animales del circo con poco dinero, sacrificando otros animales desprotegidos. Hace pocos días, activistas defensores de los animales realizaron un plantón frente al circo que por estos días visita la ciudad. Levantaban en sus manos carteles que decían “Los animales no son payasos”, “No más circos con animales” o “Los animales no se divierten en los circos”. Algunos de ellos, de manera muy artística, estaban maquillados como felinos o elefantes, y permanecían metidos en pequeñas jaulas, representando el cautiverio y el sufrimiento al que son sometidos los animales del circo. Los manifestantes no sólo hicieron una protesta pacífica, sino que usaron el arte como una estrategia maravillosa para transformar el mundo. En lo que a mí respecta, no visitaré más un circo con animales. No estoy de acuerdo con la crueldad en ninguna de sus formas, no me divierte. El circo con animales se lucra con la hipocresía. El show es una farsa sostenida en el sufrimiento y el tráfico ilegal de especies en peligro de extinción. *Psicóloga claudiaayola@hotmail.com

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