Columna


O con ellos o con nosotros

MIGUEL YANCES PEÑA

26 de julio de 2010 12:00 AM

MIGUEL YANCES PEÑA

26 de julio de 2010 12:00 AM

Que la guerrilla se esconde en los países vecinos, es una conclusión a la que se llega por simple especulación intelectual, ¿dónde más? Que esos países hagan mucho o poco es una consideración subjetiva, porque es difícil medir el grado de compromiso, y porque igual podrían decir que Colombia los persigue, pero hace poco por evitar que se le escapen hacia otros países por las fronteras. Lo verdaderamente grave es que los gobiernos –no sólo los militares de bajo rango o los campesinos de la región– lo faciliten y las protejan. Esa es la cuestión difícil de probar. No obstante, Chávez, emotivo como siempre, es decir sin darse el tiempo para reflexionar y maquinar, o sin capacidad para hacerlo, dio la prueba reina: su negativa a una verificación de lo que, de probarse falso, dejaría muy mal parado a Colombia y al presidente Uribe, lo inculpa a él. Si dejó perder esa oportunidad única de demostrar ante el mundo que el gobierno colombiano hace montajes con la información, y acusaciones en falso, es porque, o está mal de neuronas, o sabe que no son falsas; y si sabe que no son falsas, está aceptando que las permite y las encubre. ¡Más claro no canta el gallo! Ha actuado como la mujer infiel que abandona el hogar cuando el marido le solicita explicaciones sobre lo que sólo “eran” hasta ese momento indicios de infidelidad. Mejor lo hizo su embajador ante la OEA, que descalificó hábilmente las pruebas, y soslayó lo verdaderamente importante: la solicitud colombiana de verificación de la información. Ahora, ¿de qué sirve romper relaciones? ¿A quién le hace más daño: a Colombia o a Venezuela? ¿Y para qué las relaciones diplomáticas si las comerciales, la razón de ser de las anteriores, se reducen progresivamente desde que Colombia inició la negociación del tratado de libre comercio con los EUA, y Venezuela se retiró de la CAN? Qué debe, o puede hacer la OEA, si Venezuela se niega a que otros –o todos los demás, para garantizar la imparcialidad- verifiquen tan graves acusaciones; ¿expulsarla de la organización? ¿Qué resuelve, y qué le importa a Chávez que lo expulsen de la OEA, si él mismo trata de reemplazarla por otro organismo en el que tenga más poder de manipulación? ¿Significa esto que Colombia tiene que librar su lucha sola: evitar que se le escapen los guerrilleros por las fronteras o que vuelvan a ingresar; o que llegó la hora de que este asunto sea inspeccionado por otras instancias del orden mundial? ¿Querrá Chávez correr la misma suerte de Irak o confía demasiado en que Obama no hará lo mismo que Bush? Demás que el gobierno estadounidense no haría abiertamente nada si fueran simples insurgentes, pero ya estando en la lista de terroristas y narcotraficantes –obra de Pastrana- la cosa es diferente. Lo más indicado entonces sería que Venezuela aprovechara el cambio de gobierno para cambiar de “actitud” y pasar de la “indiferencia” a la acción decidida mostrando resultados positivos, como ya empezó a hacer Ecuador. Pero si es verdad que tiene, no sólo simpatías, si no alianzas con la guerrilla a la que ve como el futuro ejercito de su movimiento Bolivariano, como se rumora (yo dudo que llegue a tanto), le tocará destapar las cartas: o con ellos o con nosotros, y atenerse a las consecuencias. *Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe myances@msn.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS