Columna


Opinión y lectores

ÓSCAR COLLAZOS

06 de febrero de 2010 12:00 AM

ÓSCAR COLLAZOS

06 de febrero de 2010 12:00 AM

La Internet democratizó las relaciones entre el periodismo y sus lectores. Es más: permitió que los lectores tradicionales se convirtieran en redactores de noticias y opinión y, hoy, un inmenso universo de blogs recorre las “autopistas de la información” a medida que cobran importancia las ediciones digitales de los medios de comunicación escritos. Se dio un paso adelante en esta democratización cuando las ediciones digitales de los medios escritos abrieron la posibilidad de comentar informaciones y opiniones. La prensa empezó a volverse así más participativa en aquellos sectores sociales, cada vez más grandes, que disponen de un computador y acceso a Internet. La participación de los lectores en los foros creados para comentar noticias y opiniones no ha sido muy afortunada en Colombia. Se ha enfrentado a cierta inmadurez ciudadana y a la concepción errónea que hace de la democracia un circo y del insulto una forma de argumentación. Con un agravante: aquellos que hacen maromas verbales y groseras en el circo, se escudan en pseudónimos o cambian fácilmente de cuenta. Mejor dicho, buscan la garantía de impunidad. Hace 2 años tuve que pedir a la dirección de El Tiempo que inhabilitara los comentarios a mis columnas de los jueves. A los lectores que me lo reprochan, les respondo que lo siento: me vi obligado a cortar ese vínculo, no porque me disgustara la crítica ni me hicieran daño los insultos frecuentes, todos motivados por mi oposición a medidas o actuaciones del presidente Uribe y miembros de su gobierno. Lo hice porque recibí amenazas de muerte. Y aunque la medida no impide que alguien atente contra mi integridad física o moral, impide que el foro vuelva materia de discusión algo tan infame como intimidar y amenazar a un periodista porque no se está de acuerdo con él. Los foros de los lectores se convirtieron en un espacio atractivo y dinámico, imprevisible y, a veces, pintoresco, en el cual cada loco sale con su tema. Pero se convirtieron también en el chiquero donde se arrojan porquerías a los columnistas, incluso antes de leer el contenido de sus artículos. Y lo peor de todo es que el columnista no puede responder o rectificar en el mismo foro. Convertido en víctima, queda a merced de gladiadores y leones del circo “democrático.” Según el medio de comunicación y el nivel cultural de los lectores; según el clima espiritual y las costumbres ciudadanas, pero según también el valor civil o la cobardía de los ciudadanos, los foros de los lectores son escenario de reflexiones o circo de payasadas e insultos. He pedido a la dirección de El Universal que inhabilite el acceso de los lectores al foro de la edición digital de mi columna. Lo hago por los motivos antes expuestos, pero con la convicción de que establezco un diálogo más democrático y civilizado con simpatizantes y detractores desde el correo electrónico que acompaña siempre esta columna. Yo ofrezco mis ideas, mi nombre y mi rostro. Lo menos que puedo pedir es que los lectores, estén o no de acuerdo con mis opiniones, ofrezcan la misma transparencia. *Escritor salypicante@gmail.com

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