Columna


Patriotas de patria ajena (1)

JAIME ANGULO BOSSA

19 de septiembre de 2009 12:00 AM

JAIME ANGULO BOSSA

19 de septiembre de 2009 12:00 AM

Hace poco leía el verso de Borges sobre la patria. Aquel que dice: “nadie es la patria, pero todos lo somos”. No obstante, grupos dominantes de Colombia mediante hábil conjura la tomaron para sí, convirtiéndola en bien de privado uso y la colgaron como vestido en la percha de sus poderes y vanidades. Como prenda lujosa que es, aparece en el guardarropa de sus mansiones y cada 20 de julio y 7 de agosto o cuando suben las acciones de sus multinacionales o les da la gana, la descuelgan, se la ponen y salen con ella a la calle deslumbrando a los transeúntes sabidos de que estos, sus dueños verdaderos despojados violentamente de ella, sienten que los otros son encubiertos usurpadores de cuanto la niega. Cuando el gobernante, de aquí o de allá, en gesto de soberbia y por derecho exclusivo se viste de “patria” como si fuera abrigo de fácil limpieza por el fino material que lo integra, sus menestrales no temen ensuciarlo a pesar de que el lustre oficial que le sacan acelera el deterioro de sus fibras. La “patria” de los mandamases, dañada así de tanto ser empleada contra su esencialidad y debido al sucio acumulado que su arbitrario uso le produce, muestra las heridas que a la de todos le causan. Tanto aquellos la abusan que viéndola enclenque y casi inválida, la clase imperante colombiana, creyéndose más “colombiana” que las sometidas, al aceptar 7 bases militares de EE.UU. que mancillan nuestro suelo, ejerce ahora un enfermizo patriotismo de patria ajena al preferir la bota gringa a la intangibilidad de nuestra soberanía. Se creen, siendo desvergonzados patriotas de patria ajena, supuestos grandes patriotas de la nuestra. ¡Viva Colombia yanqui!, ¡Abajo Colombia colombiana!, parece que gritaran. Colombia, “mi patria”, “nuestra patria”, dicen en singulares egotismos o plurales supuestos, mientras EE.UU. la ven como “patio trasero de sus odios y venganzas” o cual “tierra de sus dominios clasistas y placeres políticos, de sus eructos y defecaciones, de sus ucases malolientes y opresivos”, desodorizados por obra y gracia de presumidos alientos curativos. E imaginándola como algo que se toca, se pisa y se amarra, corroboran tan sutil dictadura al reivindicarla como hija obligada de la desigualdad económica y social de su sistema que, según ellos, perdurará por natural y necesaria conforme la historia de las estructuras sociales. Esa “patria” antes de todos, termina siendo de los ricos y mandamases, porque de los pobres, desplazados y humillados jamás, pues estos no tienen himno ni bandera que la honren. La Patria auténtica, la que todos somos y de todos es, nos ha sido expropiada por la Derecha que hábilmente la utiliza en sus liturgias antidemocráticas, usándola sin medida para sus depredaciones ideológicas. Luego la mastica, deglute y defeca como dieta de sus imperiales gulas y, para complacer antojos mayores de su prepotencia, la mete debajo del sobaco y anda con ella en la misa, la finca, la fábrica, los desfiles y las fiestas como colega que ha de sentirse honrada por las violaciones y devastaciones históricas que a sus manos sufre. Según sus filósofos, como la Izquierda ideológica carece de patria por ser la patria bien propio de la Derecha, los izquierdistas colombianos de hecho somos apátridas. *Abogado, catedrático, ex Representante, ex Senador, ex Gobernador, ex embajador ante la ONU. jangossa3@gmail.com

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