Columna


Pico, placa y corrupción

MIGUEL YANCES PEÑA

25 de enero de 2010 12:00 AM

MIGUEL YANCES PEÑA

25 de enero de 2010 12:00 AM

Mario Montes, colega y ex compañero de trabajo por muchos años, me ha hecho llegar la siguiente comunicación: “Hola Migue, Esta misiva la quiero utilizar en primer lugar para saludarte y desearte éxitos en todas las metas propuestas para este año (gracias Mario). Paso seguido quisiera comunicarte algo que desde hace mucho tiempo he venido pensando, y que con el pasar de los días se me hace más urgente comentar. Para nadie es un secreto que los trancones en Cartagena se presentan en determinadas vías y horas, básicamente por concentración de la actividad humana en unos pocos sectores, exceso de vehículos, falta de vías alternas, y la mentalidad parroquial de nuestros gobernantes que no proceden a ampliar las existentes, ni conciben nuevas. Lo poco que se hace es a expensas de Transcaribe, que muy buena la vía, pero que ya se está deteriorando, y terminarán copándola los buses articulados en perjuicio de los demás. Hay congestión, especialmente en horas pico, en la entrada y salida de Bocagrande; en la entrada y salida de Manga, en la India Catalina y el Reloj Público; y en la avenida Pedro de Heredia, pero sólo en los sectores del mercado Bazurto, pues los vendedores tienen la vía invadida y los buses “ratonean” recogiendo y dejando pasajeros; Los 4 vientos y La Bomba del Amparo. Del resto el tráfico fluye bien. Por lo tanto, las restricciones del pico y placa debieran ser exclusivamente para dichas vías, y tal vez en horarios ampliados. Aplicarlo a toda el área urbana, trae atraso en el avance industrial (cementeras, grúas, tracto camiones, entrega de carga, despachos y atenciones en la zona industrial y comercial). Como lo has mencionado en varias de tus columnas, las prohibiciones traen consigo privilegios y corrupción, y esta no es la excepción. Existe de parte de los policías de tránsito en todas las gamas -Nacional, Vial y DATT- una corrupción descarada: sólo trabajan en las horas pico; se ubican en vías no congestionadas, por ejemplo, en la entrada a Mamonal; en la transversal 54A a la altura de Ceballos; en las vías de entrada y salida de la ciudad para cazar visitantes que desconocen la restricción (el turismo da para todo), y en algunos casos hasta en zonas en las que geográficamente no aplica la restricción (vía a Turbaco). Ya aprenderían –digo yo- que en las vías congestionadas es imposible detener al infractor para cobrar la picúa, sin ser vistos y generar un trancón mayor. Y en las cebras, los agentes de tránsito, más que ayudar a la gente a cruzar, las tienen, por la baja velocidad, como zona propicia para pillar incautos. Por otro lado, los turistas del país que entran a Cartagena por la vía Gambote – Mamonal se quejan por tener que pagar tres peajes en menos de tres kilómetros. Esto les genera con la ayuda del pico y placa, mas animadversión. Cuando podría cobrársele en el peaje de entrada, lo correspondiente al de Sena-Náutico y el de Manga, si esa fuera su ruta; y en estos, sólo devolver el tiquete, como se hace en la entrada a Barranquilla. Me duele que las amistades que vienen de otro lugar queden con tan mala impresión de la ciudad, por culpa de la inoperancia administrativa distrital en el manejo y control de las vías urbanas. Un puñado de hombres se encargan con sus actuaciones, de opacar lo hermoso que tiene Cartagena.” *Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe myances@msn.com

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