Pleamar

Los cartageneros no nos acostumbramos a lo que ya tiene características de temporada; no como la turística, la de vacaciones, o la de lluvias, pero cíclica como ellas: se trata de la temporada de mareas altas, que un gracioso comentario atribuye ahora, no al deshiele, si no, al hundimiento de la ciudad, en especial de los barrios turísticos por culpa de los edificios. La oficina de Planeación Municipal ha “propuesto” (así dice la noticia) levantar un dique bordeando la bahía en el sector de Bocagrande -el paseo peatonal, entendemos- para evitar que la marea alta inunde el barrio. No obstante ser sólo una propuesta, es un adelanto respecto al silencio del pasado; pero si no va acompañada de otras medidas, el remedio será peor que la enfermedad. Como se sabe, las vías que bordean la bahía tienen unos desniveles que permiten que las aguas lluvias escurran hacia ella por debajo de los puentecitos construidos a lo largo de los paseos peatonales. Y en otras vías, más lejanas, hay unos registros de captación cubiertos por rejillas, que descargan por medio de tuberías a los diferentes cuerpos de agua de la ciudad. Cuando la marea sube, esos escurrideros permiten que el agua salada invada la vía por debajo de los puentecitos, o a través de las tuberías y las rejillas. Si se levantara un dique perimetral, como se propone, quedarían por resolver dos asuntos: el primero, ¿por dónde escurrirán las aguas lluvias de las vías que no disponen de rejillas? y el segundo, ¿cómo evitar que el agua salada, penetre por las rejillas durante la pleamar? Por otro lado la solución “propuesta” menciona sólo a Bocagrande y la bahía, ignorando que estos se presentan en muchos sitios de la ciudad. En el Pie de la Popa y Martínez Martelo, por ejemplo, las calles y casas del margen izquierdo de la avenida del lago (más alta que estas) se inundan porque el agua del caño Bazurto se desborda por las rejillas colocadas para evacuar las aguas lluvias. Tan crítico como el de la avenida el lago, es la carrera primera frente al mar, y en especial frente al edificio Seguros Bolívar; y algunas calles y plazas en el corralito de piedra. Igual sucede en las vías (también más altas y no por eso libres del problema: claro, se pudo haberlas elevado mas, ¿pero cuánto, y con qué consecuencias sobre el resto?) que construyó Transcribe a lado y lado del camellón de los mártires; y con muchas de las rejillas de drenajes que existen en los barrios cercanos a los cuerpos de agua. Por lo tanto, además de levantar el dique perimetral a la bahía (no sólo en Bocagrande, también en Manga) habrá que construir unos pozos de captación de aguas lluvias aprovechando el desnivel de las vías, es decir bajo los puentecitos, a los cuales debe hacerse descargar también el agua captada a través de la rejillas, y verter a la bahía mediante un eficiente sistema de bombas. O un hibrido, donde se pueda disponer de válvulas cheques, o de diques controlados por los niveles del agua a ambos lados del mismo: durante la pleamar el dique está cerrado, y se bombea el agua lluvia; durante la bajamar, abierto y se escurre por gravedad. Lo bueno de esta solución es que se puede probar, perfeccionar, y luego generalizar y exportar la experiencia adquirida. *Ing. Electrónico, MBA, Ex Superintendente (Pensionado) Electricaribe. myances@msn.com