Columna


Plutocracia y cleptocracia

GIL ALBERTO FALCÓN PRASCA

23 de julio de 2010 12:00 AM

GIL ALBERTO FALCÓN PRASCA

23 de julio de 2010 12:00 AM

El análisis de la realidad colombiana, con la unidad nacional anunciada por Santos, el nuevo Congreso 2010–2014, el discurso de su presidente y el de Uribe, nos reconfirman que la plutocracia y cleptocracia son sistemas políticos que seguirán reinando en los próximos 8 años. Plutocracia, del griego (Ploutos, riqueza y Kracia, poder), define sistemas de gobierno con desequilibrio de poder a favor de los ricos. Allí quienes personifican el poder político dependen directamente o son los mismos que dirigen el poder económico local, regional, nacional y de las redes financieras transnacionales, cadenas bursátiles, OMC, FMI, BM, OCDE, etc. Cleptocracia, del griego (kleptein, ladrón y kratos, gobierno), es un sistema de gobierno donde con nombre de partido político, coalición, gobierno de unidad, grupo económico o político, administran el poder público o privado aprovechándose para el enriquecimiento personal, familiar y de sus grupos. Los plutócratas y cleptócratas se enriquecen del Gobierno, institucionalizan la financiación irregular de los partidos, están en los puestos de poder que dominan el país, y tienen los medios de comunicación influyentes a su servicio. No les importa generar crisis humanitarias, crímenes de lesa humanidad, comprar conciencias, crear condiciones de protesta social por la crueldad del modelo neoliberal, que defienden a nombre de la inversión extranjera. El poder es discrecional, el capital nacional y transnacional establecen las normas con su influencia, la democracia es una especie de farsa usada para evitar la agitación del pueblo frente a los abusos de poder. Con los millones que acumulan, estos personajes buscan y usan sistemáticamente todas las formas licitas e ilícitas de legitimación, renovación y perpetuación en el poder, y buscan constituir gobiernos absolutistas. No se excluyen de estos sistemas de gobierno a los empresarios inversionistas con recursos de origen dudoso, que alcanzaron la mayor rentabilidad en la política; en esta escuela delictiva forman a familiares y allegados, que los suceden en los cargos públicos, perfeccionando más el sistema sin necesidad de clonarse, es la pedagogía reproductora del sistema corrupto. Una constante es el abuso del poder para manipular y presionar los procesos políticos, sociales, económicos, administrativos y judiciales, y cuando se les agota un régimen de privilegios no dudan en crear otro. Con habilidad y cinismo mantienen su poder electoral, y con políticos viejos y mañosos asociados a nuevos políticos procreados y criados con las mismas mañas. Mutan de partidos e ideologías, merodean sin rubor los profesionales nuevos faltos de capacidad, y ávidos de poder y estatus, también a dirigentes populares adulones, oportunistas y vividores. Tienen mercenarios manipuladores y depravadores de la ideología y la opinión pública, actúan con la arrogancia, cinismo y la desfachatez de sentirse validados por la democracia. No mencionaremos sus apellidos para no ser repetitivos, los dejamos como un ejercicio mental desde el gobierno de Gaviria hasta la era Uribe. Seguiremos construyendo democracia desde la oposición, desplazando estos regímenes. Robledo lo oficializo en la instalación del Congreso: el PDA, será la "única y verdadera oposición” al acuerdo santista. *CUT BOLÍVAR cutbolivar@gmail.com

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