Columna


Polarización

AUGUSTO BELTRÁN PAREJA

29 de mayo de 2010 12:00 AM

AUGUSTO BELTRÁN PAREJA

29 de mayo de 2010 12:00 AM

Parece que tiene que ver con impedirle a los rayos de luz que se reflejen o refracten de nuevo en la misma dirección. Pero, entre nosotros, apenas ha sido oscurecer los vidrios para que algunos podamos defendernos del sol, y para que otros puedan ejercer la antipática petulancia de no saludar desde un automóvil. Pero también es una actitud peligrosa, concentrar las ideas en polos opuestos. Así se radicalizan posiciones y se hacen hostiles las diferencias. Los colombianos nos preciamos por saber sobre sexo y política. En estos dos temas no aceptamos autoridad alguna. Esbozamos teorías con sabihonda pretensión. No se precisan profundos conocimientos ni experiencias especiales. Nos creemos dueños de la verdad absoluta. Algo peor, también creemos tener derecho a imponerle a los demás nuestros puntos de vista. Los manuales de elemental cortesía y la urbanidad, hoy en desuso, mantenían algo de respeto, ponderación y ecuanimidad. Algún valor tenía la opinión ajena. Hoy la polarización crea antagonismos y diferencias más chocantes e irreconciliables. Más fuertes, primitivas y brutales. Los excesos deterioran amistades bien cimentadas por el afecto durante largos años. La pasión mueve al absurdo de querer imponer al interlocutor caprichos y “conceptos”. Cada quien no entiende ni le interesan las razones que el vecino tiene para su escogencia y la crítica, con frecuencia, se vuelve burla insultante. La cosa enreda la política en asuntos tan complicados como moral y patriotismo. Unos se adueñan de la exclusividad de la moral pública y la transparencia. Un fastidioso maniqueísmo. La perorata de nuevos Savonarolas. Otros, consideran cualquier planteamiento diferente al suyo una traición a la patria. Quien no apoya a su candidato adquiere la categoría de débil mental que entrega principios esenciales. El respeto, y los lazos de amistad, se pretermiten. Asistir a una reunión trae los riesgos de una reyerta verbal. Histeria colectiva. Cualquier amigo en un desmadre nos echa un vainazo. Muchas veces preferimos evitar conversaciones para preservar la tranquilidad. Los chistes y los comentarios causan resentimientos. Cicatrices que dejan “debates” coloquiales. Este fundamentalismo no tiene antecedentes. Aquí en el Caribe no pudo contaminarnos el sectarismo imperante hace décadas. Pero hoy imitamos los odios de otras regiones del país, cuando se enemistaban por los colores de banderas partidistas. Aquí no comimos de ese cuento. Pero ahora…; La elección de mañana escogerá un nuevo gobernante. Cada quien tiene sus preferencias. Hay que respetárselas. Es un derecho elemental que consagra la democracia y la vida en sociedad. Votaremos por Juan Manuel Santos, pero seguiremos queriendo y respetando a quienes lo hagan por Mockus o cualquier otro. ***** Hechos y no Palabras: Merecidísima la condecoración a Joaquín Franco Burgos. Su labor no tiene comparación en el servicio público. La ciudad está en mora de hacerle un gran homenaje. Su esfuerzo ha sido fecundo en bienes para la región y para las gentes que la habitan. Aplausos y gratitud. *Abogado, Ex Gobernador de Bolívar y Ex parlamentario. augustobeltran@yahoo.com

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