Los tributos deben manejarse balanceadamente para que la progresividad, equidad y eficiencia den los resultados esperados: impuestos justos y mejores recaudos para las obras de transformación que requiere la ciudad en los próximos años. Pese a estas buenas intenciones, en Cartagena la progresividad y la equidad durante los últimos 20 años han estado en el cuarto de San Alejo. Y la eficiencia apenas empezó a mostrar resultados consistentes hace dos años. Los recaudos históricos de predial e industria y comercio, lo confirman. La inversión con recursos propios fue de $66 mil millones en 2009, 50% más que en 2008. Y por primera vez en la historia reciente, el Distrito sacó de su propio bolsillo $40 mil millones para construir y mejorar escuelas. Antes invertía una cantidad apenas simbólica. Como dijo el Gobierno en distintos escenarios, el aumento de los recaudos no es una alternativa, sino un proceso prioritario, al que hemos respondido con resultados concretos; pero esto tampoco exime a la ciudad de revisar su Estatuto Tributario para garantizar un trato impositivo justo y la redistribución adecuada por la vía fiscal. El eje de la reforma es la progresividad y equidad del sistema tarifario, ambas obligaciones de carácter legal y constitucional. El meollo es si quienes proponemos que soporten más carga tributaria, pagan hoy lo justo. Por eso, cualquier “equilibrio” debe recuperar el sitio que le corresponde a la progresividad y equidad, relegadas de las políticas tributarias distritales. La reforma propuesta por el Gobierno sí beneficia a la ciudad: que no quede la sensación de que la ciudadanía pagará más predial. Nada más falso: de una base total de 210 mil predios, cerca de 160 mil son habitacionales, y sólo 26 mil pertenecen a los estratos 5 y 6. Los restantes 135 mil predios están repartidos en los estratos 1 al 4. En términos más sencillos, los predios con tarifas rebajadas casi triplican a los que tienen un incremento, y los predios que no tienen ningún incremento (estrato 2) también triplican a aquellos que suben. Así ocurre también con el impuesto de industria y comercio: al menos 70% de los negocios que pagan este tributo se verán beneficiados por la tarifa diferencial propuesta. La competitividad, el empleo y el encadenamiento productivo resultarán fortalecidos con el sistema tributario propuesto. En Colombia, las ciudades más competitivas son aquellas que no sólo pagan impuestos equitativos, sino también aquellas que invierten más recursos fiscales en movilidad, educación, infraestructura pública y salud, entre otras inversiones sociales. Para lograrlo, debemos ordenar nuestro sistema impositivo en equidad y progresividad. La reforma es una oportunidad para pensar en grande en la ciudad: aún recuperando toda la cartera vigente no viviríamos en una ciudad amable. La sola inversión para poner el 100% de la malla vial urbana en buen estado vale $500 mil millones a precios de hoy, sin mencionar las inversiones enormes que deben apoyar en el medio y largo plazo, la lucha contra la pobreza. El debate de la reforma tributaria está abierto a todos los cartageneros y cartageneras, quienes tienen la oportunidad de participar y opinar sobre algo tan trascendental para el futuro de nuestra ciudad. **Secretario de Hacienda Distrital *Rotaremos este espacio cada ocho días para darle cabida a una diversidad mayor de opiniones.
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