Columna


Racionalidad de un desperdicio

JORGE ENRIQUE RUMIÉ

21 de mayo de 2010 12:00 AM

JORGE RUMIÉ

21 de mayo de 2010 12:00 AM

¿Qué puede ser más peligroso, un huracán en el Golfo de México o un maremoto en la mente desquiciada de un líder equivocado? ¿O qué será más angustiante, perderse en plena selva amazónica o extraviarse en el desierto de las ideas irracionales? Lo pregunto porque son muchos los que piensan que nuestro sentido común pareciera el menos común de los sentidos y nuestra capacidad de juicio se pierde con facilidad en el bosque de lo absurdo. Para no ir muy lejos, un ejemplo típico de nuestra propia anti lucidez, son las guerras que nos inventamos. Y como cualquier guerra que se respete, se puede definir como aquel acto supremo donde se conjugan todas las demencias del hombre o donde el jugo de su inteligencia se transforma –pudriéndose– en aquello que llamamos barbarie. Tomemos el caso de nuestra guerra en Colombia. Sí, claro, la misma que venimos haciendo y aguantando durante décadas y que nadie entiende. Por favor, ¿alguien puede decirme qué pretende la guerrilla en nuestro país? ¿El comunismo? ¿El modelo cubano de desarrollo económico? ¿Cuál? Porque si mal no recuerdo, el muro de Berlín se cayó hace más de 20 años y los mismos comunistas reconocieron –hasta el agotamiento- el fracaso del sistema. De ahí que no entendería sobre qué ideología están sustentando su lucha armada. ¡En Colombia tenemos más de 20 años matándonos por un credo económico que ya no existe! ¿Tiene ello sentido? Escribía hace poco que aún quedan algunos países comunistas en el mundo, es cierto, pero son unos cuantos “que se carcomen en su propia terquedad”…; donde “el cinismo, la mentira de sus gobernantes para lograr la sostenibilidad del régimen o simplemente el pavor de reconocer sus errores, con sus graves consecuencias de un juicio histórico”, los tiene ahí, paranoicos, defendiéndose entre el formol de sus incoherencias; buscando desesperadamente cualquier enemigo internacional imaginario para tratar de esconder sus ineptitudes, para engañar a un pueblo ignorante. Porque el día que partan en primera clase al infierno, cuando mueran, la misma muchedumbre que atemorizaron y engañaron durante generaciones enteras, serán los encargados de destrozar sus monumentos a martillazos, de la misma forma que ya lo hemos visto en otros países con igual cantidad de dictadores y tiranos que se enloquecieron con el poder. Por favor, que alguien traiga a Mikael Gorbachov o Lech Walesa, para que le expliquen a la FARC que el mundo cambió hace tiempo, y que hoy existen ex guerrilleros progresistas que han sido elegidos presidentes con las armas de la democracia. Y que la búsqueda racional de la justicia social y el progreso de las naciones se pueden lograr con la batalla de las ideas, pero en el terreno de la tolerancia y la concordia. Es impresionante, estamos en pleno siglo XXI y nuestro argumento electoral principal en la contienda presidencial es la paternidad de la Seguridad Democrática, y tienen razón los candidatos. Cuando los locos te atacan, no puedes abrazarlos y besarlos. Recuerda que son locos, o se las pican, que es la misma vaina. Cuanto desperdicio. *M.A. Economía, Empresario jorgerumie@gmail.com

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