Columna


Reflexiones tributarias

JORGE ENRIQUE RUMIÉ

27 de agosto de 2010 12:00 AM

JORGE RUMIÉ

27 de agosto de 2010 12:00 AM

En el último informe del Consejo Privado de Competitividad (CPC), bajo el título “Ruta a la Prosperidad Colectiva”, se reconoce a Colombia como uno de los países con mayores cargas tributarias del Continente. Y más adelante, cuando comparan a las regiones colombianas, para el caso de Bolívar y Cartagena, dicen textualmente lo siguiente: “Sistema tributario muy oneroso, inestable y complejo”. Como quien dice, sumando lo nacional, lo departamental y lo municipal, por partida triple, los cartageneros estamos pagando una variedad y una cantidad apreciable de impuestos. No obstante, para la Alcaldía, según lo estipulado por su equipo económico, aún no es suficiente. La Administración distrital presentó hace unos días al Concejo una nueva modificación a nuestro Estatuto Tributario. Si bien la propuesta tiene el propósito acertado de mejorar la progresividad de los tributos, cosa que debe hacerse, no aguantaron la tentación y reajustaron las tarifas por arriba (del predial) de los estratos residenciales altos y de las actividades económicos de la ciudad, en algunos casos con unos brincos enormes. Lo anterior es preocupante, porque aún no hemos digerido el incremento exponencial reciente del avalúo catastral de enero del presente año, con ajustes superiores al 100% en promedio para esos mismos sectores. Por ejemplo, al industrial le subieron el 198%; a los hoteles, el 69%; y al estrato 6, el 101%, entre otros. Esto invita a preguntarse a cualquiera: ¿Cuánto recaudo es suficiente para nuestra Administración? Otro aspecto es que la Alcaldía insiste en el error -adrede o no- de comparar tarifas entre ciudades, sin evaluar también los valores promedios de las bases gravables (recordemos que tenemos de los mayores costos por metro cuadrado del país). Como escribí recientemente, “tarifa y valor catastral van de la mano; son indisolubles”. Y una tarifa, por ejemplo, del 10% en Cartagena puede pagar un Predial muchísimo mayor a una tarifa del 11,5% en Barranquilla. Con el ajuste propuesto, están castigando al 30% de los predios que sostienen el impuesto en la ciudad (ojo, que por agalludos se puede caer el recado), sin entrar a revisar el tema de fondo, y es que el 70% restante, simplemente no paga, y tiene una cartera morosa de $600.000 millones. Por el lado del Industria y Comercio (ICAT), las diferencias entre ciudades por actividades económicas no son tan apreciables, pero tenemos la tarifa promedio más alta del país en el sector industrial, con la excepción de Bogotá, con una diferencia mínima. Por ejemplo, Barranquilla -que es nuestra competencia directa- tiene un ICAT del 5,4%, mientras nosotros cancelamos el 7%. Una metodología práctica para evaluar la disponibilidad presupuestal entre ciudades sería comparar los presupuestos per cápita entre municipios de ingresos similares, y podemos encontrar, por ejemplo, que para el 2009 nuestro presupuesto fue de $1,23 millones por habitante, mientras Barranquilla (reconocida hoy día como ciudad modelo en gestión pública), como referencia, lo tiene $ 0,91 millones. ¿Problemas de recursos? El Concejo tiene la palabra. *M.A. Economía, Empresario jorgerumie@gmail.com

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