Columna


Reglas básicas para una dictadura perfecta

JORGE ENRIQUE RUMIÉ

04 de diciembre de 2009 12:00 AM

JORGE RUMIÉ

04 de diciembre de 2009 12:00 AM

La historia de la humanidad nos enseña que existen unos patrones de conducta entre los dictadores, los cuales vienen afinándose con el tiempo. A continuación unas reglas básicas: 1) Dictador que se respete, aplica el “síndrome de la rana hervida”, es decir, cuando quieren cocinar una rana no la meten en el recipiente con el agua hirviendo, porque saltaría inmediatamente y se escaparía. Por el contrario, la calientan poco a poco para que se quede tranquilita hasta morir cocinada. Los cambios se hacen graduales y sucintos, mientras terminan de aplicar la receta completa. 2) Enriquecen sin contemplación a sus colaboradores, sobre todo a los militares que le cuidarán su espalda. Compran aliados a cualquier precio, aún en otros países, pues algún día necesitarán de sus servicios. 3) Persiguen implacablemente a la oposición. Quien no está con el régimen, se considera su enemigo y las cárceles se atiborran de presos políticos. 4) Controlan los medios de comunicación y cierran obviamente aquellos que denuncien sus fechorías. No importa la reacción internacional, porque lo fundamental es controlar las noticias dentro del país. 5) Crean brigadas domésticas de “defensa” en las ciudades y en el campo, para que puedan detectar el descontento ciudadano. Premian la delación inclusive entre miembros de una misma familia y castigan sin misericordia a los críticos e insatisfechos. 6) “El pueblo es bruto”, sería su máxima cotidiana, por ello buscan culpables para todos sus males en los países extranjeros. Distraen, mienten, manipulan y usan el patriotismo y el populismo barato. Todo es válido en el absolutismo, mientras dé réditos, y siempre están buscando la gloria de épocas pasadas. 7) El uniforme militar es importante, porque infunde miedo y respeto, una de las armas favoritas del totalitarismo. Hay que buscar la obediencia a cualquier precio. 8) Nunca aparecen con su pareja, porque ello afectaría su imagen de ser superior. Esconden a la familia, porque es terrenal y demasiado común para los iluminados. 9) Usan cotidianamente los simbolismos y la propaganda, en especial para relacionarlos con las fuerzas militares y la patria. 10) Intervienen el mercado oficial de monedas extranjeras, para controlar la economía y las empresas. 11) Dividen, intrigan, fomentan el resentimiento social, ¡que se larguen los opositores!, y no importa que ello signifique el atraso y la pobreza. El régimen decide cómo están las cosas, aunque estén pasando penurias. 12) Controlan las diferentes ramas del poder público y si el Congreso friega, lo cierran. 13) Nunca olvidan la entidad gubernamental encargada de las elecciones populares. ¿Cuántos dictadores no son elegidos continuamente con el 99% del electorado? 14) En los colegios y universidades no enseñan, lavan cerebros para garantizar el futuro de una juventud incondicional. 15) Establecen un solo partido político, para que el enemigo quede por fuera. Así es más fácil reconocerlos. 16) ¿Izquierda o derecha? ¿A quién le importa? Lo primordial es perpetuarse en el poder. El poder es demasiado delirante y como enloquece, ya están justificados. Ellos son Dios; el resto, unos imbéciles. *M.A. Economía, Empresario jorgerumie@gmail.com

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