En su sesión inaugural, la Duma de Bolívar se vino lanza en ristre contra mí por haber dicho que las Asambleas no hacen control político y que un sentimiento místico vuelve sordomudos a sus integrantes cuando pican en la bandeja de las prebendas. Se chantaron el guante y me tildaron de calumniador. Luego de la retahíla que me lanzaron, en esta semana se aprestan a taparme la boca con citaciones al por mayor. Por ejemplo, me dijeron que mi gran amigo y viejo zorro de la corporación, Andrés Ricaurte, citará al secretario de Talento Humano para que le informe a la Asamblea qué fue lo que pasó con unos poderes con los cuales se gestionó el pago de unas pensiones en el Fondo que las maneja. Y como le chocó la frase “bandeja de prebendas”, le pedirá al funcionario citado que diga de quién era candidata doña Elizabeth Martínez, sacada de su empleo sin explicación ninguna, y de quién es candidata su sucesora. Me encantaría ese tapaboca porque del escándalo de las siete resoluciones de hace un año sobre los arreglos con Julio Santamaría nada dijeron los muy dignos y muy quisquillosos diputados. Supe que el otro tapaboca que quieren darme se consumará con una proposición insólita: pedirle al Gobernador que responda, en plenaria, las siguientes preguntas: Al diputado Carlos Féliz, de quién es candidato el secretario de Minas; al diputado Miguel Aguilera, de quién es candidato el secretario de Agricultura; al diputado Julio Rodríguez, de quién es candidato el secretario de Obras Públicas; a la diputada Berta Pérez, de quién es candidata la subsecretaria de Salud; a la diputada Orieta Vásquez de Payares, de quién era candidato el Director del Fondo de Tránsito; al diputado José Félix García, de quién es candidato el director de Iderbol; a la diputada Colombia Aduén, de quién es candidata la Pagadora de Dasalud. Siquiera los honorables diputados van a saber cómo está repartido el menú departamental. ¡El Gobernador –exclamarán– es un adivino, porque ni nosotros ni nuestros partidos le dimos esos candidatos! Vean ustedes, Joaco también tiene su magia. Carlos Féliz y Colombia Aduén citarán al secretario del Interior para que precise con qué criterio se escogió al doctor Hernández Peña a fin de que construyera el jarillón de Achí, aún a riesgo de que Juan José García, que compite ahora en tiros al arco con Lionel Messi, se enfurezca con ellos, pues los trabajos están demorados y con sobrecostos que subirían los gastos de $1.800 millones a $2.500 millones. Todos los firmantes de la constancia, como tampoco les gustó lo de las chirlatas contractuales, les pedirán a los secretarios de Hacienda y Educación detalles sobre un contrato por treinta millones de pesos con Vox Populi Corporación para promover, en seis días hábiles de diciembre de 2008 (del 23 al 30, en época de vacaciones) los derechos a la educación y el Plan de Cultura de Bolívar. El acta de liquidación del raudo contrato tiene fecha 30 de diciembre de 2008 y el certificado de existencia y representación legal de la promotora, expedido por la Cámara de Comercio, tiene fecha del 14 de enero de 2009. Cinco millones diarios por tres radio-conferencias, unos plegables, un curioso “diseño de convocatoria” y unas memorias que convendría conocer. Hubiera cobrado menos el rector de la Universidad de Harvard. carvibus@yahoo.es
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