Columna


Restos navales en Castillogrande

RODOLFO DE LA VEGA

12 de febrero de 2011 12:00 AM

RODOLFO DE LA VEGA

12 de febrero de 2011 12:00 AM

Con la mayor frecuencia personas que llegan del exterior o de otras regiones de Colombia nos preguntan a qué se deben unos restos férreos que están en la bahía, muy cerca de la orilla de Castillogrande, próximos al Club Naval. Incluso, muchos cartageneros de las nuevas generaciones hacen la misma pregunta.
Me propongo a continuación absolver esta incógnita. Con motivo del conflicto armado que se suscitó con el Perú en 1932, cuando un grupo de ciudadanos de ese país invadió Leticia, actual capital del Departamento del Amazonas, Colombia se vio obligada a conformar una armada a toda prisa, para lo cual compró algunas unidades, a las que hubo que hacer unas adaptaciones.
Entre las unidades adquiridas se encontraba un buque inglés de 1.700 toneladas de nombre “Highlander”, con calderas que podían trabajar con carbón o con leña. A esta nave hubo que instalarle dos cañones de 75 mm., 2 cañones antiaéreos y 10 ametralladoras livianas. El buque fue rebautizado “Mosquera”. En los Estados Unidos se adquirió el “Bridgetown”, rebautizado “Boyacá”, reacondicionado en la Unión Industrial de Barranquilla, bajo la dirección del ingeniero alemán Reynaldo Paschket, quien más tarde se hizo ciudadano colombiano. El “Mosquera” llegó a Cartagena en 1934, año en que el conflicto con el Perú se solucionó mediante la firma del Protocolo de Río de Janeiro.
Tanto el “Mosquera” como el “Boyacá” hicieron varios viajes al sur (por el Amazonas) en el empeño del Gobierno Nacional de vincular más estrechamente esa zona de la geografía nacional. Entre otros destinos, el “Mosquera” sirvió como sede  de la incipiente Escuela de Grumetes, hoy Escuela Naval de Suboficiales con sede en Barranquilla.
Con el correr del tiempo tanto el “Boyacá” como el “Mosquera” estaban muy deteriorados y hacían agua, lo que recomendaba venderlos como chatarra. Según noticias periodísticas de la época el “Mosquera” fue negociado por una suma muy por debajo del avalúo que había adelantado la Misión Americana. Eso fue causa de encendidos debates adelantados en el Congreso, donde el Partido Conservador, entonces en la oposición, dirigido por el Dr. Laureano Gómez, puso al descubierto lo que ellos calificaron como una operación dolosa.
Era Presidente de la República el Dr. Eduardo Santos (1938-1942), cuya honestidad nadie podía poner en duda. Ese escándalo condujo a la caída del Ministro de Guerra y de algunos oficiales.
Finalmente el “Boyacá” fue vendido por un precio más ajustado al avalúo de la Misión Americana, mientras que el “Mosquera” siguió deteriorándose en los muelles de la Base Naval A.R.C. Bolívar.
El Comando de la Armada decidió remolcar el “Mosquera” para vararlo en La Escollera, pero cuando trataron de movilizarlo, el agua entró con mayor abundancia, lo que obligó a encallarlo en el sitio donde hoy se encuentra. Allí  quedó el “Mosquera” como monumento a la incuria o como el testimonio de un chanchullo frustrado.

*Asesor Portuario

fhurtado@sprc.com.co
 

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