Columna


A retomar el rumbo

GERMÁN DANILO HERNÁNDEZ

09 de marzo de 2010 12:00 AM

GERMÁN DANILO HERNÁNDEZ

09 de marzo de 2010 12:00 AM

El domingo próximo los colombianos elegiremos una vez más a Senadores y Representantes a la Cámara, en medio de un abanico extenso de posibilidades, en el que aparecen muchas figuras representativas de viejos vicios y pocas que encarnan propuestas de renovación política. Para muchos la línea fronteriza entre unos y otros es casi intangible, lo que sumado a la continuidad de prácticas clientelistas y la circulación abundante de dinero, que transforma de manera efímera el hambre en votos, no dan lugar al optimismo en cuanto a una transformación pronta del poder legislativo. Con toda seguridad, buena parte de los congresistas serán reelegidos, independientemente de haber cumplido pobre gestión en periodos anteriores; haber hecho parte de escándalos de corrupción; estar en la mira de la justicia por complicidad criminal; o pasar sin pena ni gloria por el escenario principal de la democracia nacional. La fortaleza electoral de algunos padres de la patria, es proporcional a la miseria de nuestros pueblos y ciudades. La ignorancia, complementada con necesidades, nutre el sostenimiento de corruptos e incapaces en el ciclo interminable del poder. Los retos de transformación política parecen ser más susceptibles de alcanzar en procesos locales, lo que podría explicar la ausencia de individuos y organizaciones, que conocidos por su liderazgo renovador en sus respectivos terruños, se marginan voluntariamente de las contiendas nacionales, o en el mejor de los casos acompañan tímidamente aspiraciones que les representan simpatías personales, aunque no sean congruentes con sus discursos reformistas. Tal actitud puede ser comprensible por las dificultades que representa enfrentar las grandes maquinarias electorales, pero si los avances logrados sectorialmente no se cohesionan y fortalecen en las coyunturas políticas nacionales, se corre el riesgo de desaprovechar capitales políticos conquistados, en desmedro de anhelos mayores de renovación. El proceso político en curso desde hace varios años en Cartagena, que muestra mayor participación ciudadana en la decisión de elegir bien, luce débil y disperso en esta campaña electoral. Las figuras que lograron cierto posicionamiento en ese resurgir de la democracia local, no lograron consolidar los respaldos para llegar a las elecciones de Congreso con la fortaleza suficiente para demostrar al país la trascendencia de tal proceso. La conquista de nuevas realidades políticas debe ser constante, sin pausas prolongadas; sus gestores no deberían renunciar a la grandeza de sus sueños. En este sentido, comparto las reflexiones del amigo Luis Carlos Pareja, quien advierte que “La indiferencia frente a la buena política es un abandono de nuestra capacidad de decidir”. Una vez concluidas las elecciones de Senado y Cámara, corresponde a Cartagena y en particular a los gestores de procesos de renovación, retomar el rumbo para consolidar y sostener las conquistas políticas, recuperar la mística con que se rompieron esquemas locales anacrónicos y avanzar electoralmente hacia una tercera fase de depuración de las costumbres políticas. *Trabajador Social y periodista, docente universitario, asesor en comunicaciones. germandanilo@hotmail.com

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