Columna


Sebastián Piñera

VANGUARDIA LIBERAL

27 de enero de 2010 12:00 AM

RAFAEL PÉREZ MARTÍNEZ

27 de enero de 2010 12:00 AM

Tal como se esperaba, ha causado curiosidad y expectativa la elección de este importante empresario chileno, como Presidente de ese país Austral. Algunos medios se encargan de enrarecer el ambiente diciendo que esta elección traerá de vuelta al poder a partidarios del régimen del General Pinochet, dejando entrever que se prenden las luces de alarma en el tema delicado de los Derechos Humanos. Otros ponen en duda la capacidad de Piñera para regir los destinos de esa nación, a causa de una supuesta falta de experiencia en el sector público, temiendo que el nuevo presidente de los chilenos vaya a querer manejar el país como a una de sus empresas, en las cuales desde luego ha sido exitoso. Ninguna de estas apreciaciones tiene fundamento en la realidad de la trayectoria de Sebastián Piñera, como trataremos de explicarlo más adelante. Quien escribe esta columna conoció a Piñera no sólo como empresario destacadísimo, sino también como dos veces senador de la República y como presidente del Partido Renovación Nacional, agrupación de centro-derecha, la que en Colombia podría ser equivalente a la vertiente que han dirigido sucesivamente dentro del Conservatismo los expresidentes Mariano Ospina Pérez, Misael Pastrana Borrero y más recientemente, Andrés Pastrana Arango. Entre paréntesis, no faltan aquí en Colombia quienes hoy en día argumentan que el Partido Conservador perdió su identidad y se ha convertido en un apéndice del uribismo, pero este es un debate totalmente distinto al propósito de este escrito. Su paso por el sector privado ha estado signado por éxitos debido a su capacidad enorme de liderazgo, y no se conoce en Chile una sola denuncia que manche su trayectoria en esa actividad. Se inició en el sector privado, concretamente en la Banca y luego se retiró cuando se le presentó la idea brillante de introducir en su país las tarjetas de crédito. Luego pasó a la vida política y lideró a su partido, minoritario dentro de la Alianza por Chile, al triunfo en estas elecciones, superando la desconfianza que producen sus planteamientos sociales dentro de sectores más duros, y sobre todo, el hecho de haberse opuesto en 1989 a que triunfara el General Pinochet en el referendo convocado por el propio gobernante para decidir su continuación en el cargo. No sobra recordar que el gobernante perdió ese referendo y no tuvo dudas en aceptar el veredicto de las urnas. De inmediato, convocó a elecciones para escoger al nuevo presidente de los chilenos, aceptando también la derrota de su candidato, el exministro de Hacienda, Hernán Bucci, y procedió a entregar el poder al demócratacristiano Patricio Aylwin, ganador en ese certamen electoral. Éxitos pues a este gobernante, que sin lugar a dudas mirará a Colombia con más comprensión que otros vecinos del Sur, que disfrutan o son indiferentes ante la verborrea de insultos y agravios que nos profiere a diario nuestro ilustre vecino, el Coronel Chávez. *Ex Senador, ex Representante, ex Embajador rperezmtz@hotmail.com

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