Columna


El déficit de vivienda digna en Cartagena se acerca a 60.000 casas, o sea que casi 300.000 personas padecen este mal. Una solución integral y estructural al problema social grave serán las 15.000 casas de la Ciudadela Bicentenario. La visité con Enrique Chartuni, quien desde Transcaribe debe garantizar la movilidad de los cartageneros afortunados que habitarán esta nueva Cartagena. La primera impresión, al llegar al predio de 500 hectáreas, a un Km de la Cordialidad, rodeado de El Pozón, Flor del Campo y Colombiatón, es muy grata. En lotes de 60 M2, se construyen casas cómodas con diseño urbanístico funcional, ecológico y arquitectura moderna: el amarillo colonial en sus fachadas y el pórtico republicano con puerta metálica que aparenta los portones de madera de la ciudad vieja evocan el paso de la Colonia a la República; el evento trascendental de 200 años de independencia. Son casas en bloques de concreto, techo de asbestos con aleros generosos, vigas metálicas galvanizadas y extractores eólicos para evacuar el aire caliente. Todas con antejardín y frutales (mangos), como compensación ambiental de Transcaribe (hay sembrados 2.020 árboles y la meta es llegar a 7.000). Las casas tienen las comodidades básicas, patio trasero y acometidas de agua, alcantarillado, luz, teléfono (sin cables a la vista) y una dotación urbana excelente que contrasta con el diseño pobre de Flor del Campo. Calles con hidrantes (red contra incendio), desagües bien diseñados, gabinetes modernos con medidores de servicios y aceras con rampa para discapacitados. Quien aspire a vivir allí debe pagar $28 millones por casa ($10 en subsidio más un préstamo a largo plazo con cuotas de 120 a 150 mil pesos/mes). La ciudadela se distribuye en manzanas de 138 casas y cada 5 manzanas conforman una súper manzana, rodeada de vías amplias e iluminadas. Hay zonas especiales para desarrollo multinivel de mayor densidad (4 pisos) y otras institucionales para hospitales, colegios, canchas deportivas, iglesias, etc. La primera (de 3 hectáreas) estará cerca a las comunidades vecinas, que gozarán de los servicios. En 3 frentes de trabajo (redes de servicios, construcción de viviendas y movimiento de tierras) ya han ocupado a 300 personas de barrios vecinos, solo en la primera etapa de 1.170 unidades, totalmente urbanizada. Van 145 casas construidas en 3 meses y aspiran a 1.000 casas más en 2010, productividad insuficiente para acabarlas en 4 años como prometió la Administración. Tendrán que ser muy ingeniosos para agilizar la obra, así sea con soluciones prefabricadas de buena calidad (PVC y otros materiales), como hicieron en otras ciudades para darle la importancia que merece esta prioridad de la ciudad. Pregunté por qué no había casas esquineras y un empleado de la Fundación Mario Santodomingo me explicó que allí estarían los microempresarios para que vivan de un mercado cautivo de casi 100.000 personas que habitarán la Ciudadela Bicentenario. La Alcaldesa pecó por utópica al prometer terminar el proyecto en 2011, pero se salió con la suya y de qué manera: si el Gobierno central cumple otra promesa de ampliar la ciudadela a 34.000 viviendas, los habitantes subirían a más de 200.000, es decir, en este sueño bicentenario, uno de cada cinco cartageneros vivirá dignamente. *Ing. Civil y MBA, Directivo Empresarial restrepojaimea@gmail.com

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