Este sonido retumba en Cartagena detrás de protestas, cierres de calles, invasiones a predios y reservas ecológicas, sicariato…;vías de hecho cada vez más violentas, por cualquier motivo. ¿Es el Tic tac del tiempo que cura las heridas de la pobreza o una bomba social a punto de estallar? Una roca incrustada en un parabrisas (Diario popular Q’hubo) simboliza a una sociedad fracturada por la inseguridad y el caos desbordado de la informalidad. La responsabilidad de la Administración y las fuerzas “vivas” de la ciudad (parecen “muertas”) ante este caldo de cultivo, es enorme. Acudir al populismo, elegido para justificar el incremento de la carga fiscal en 2011, en 8 veces la inflación (ya aumentada 62% en predial), podría conducirnos al abismo. A la gente hay que contarle la verdad: en el último año de gobierno no se solucionarán las angustias de los más necesitados. Incumplir la promesa de duplicar la inversión social en un año, con el aumento de tarifas, podría enfurecer aún más a la población vulnerable, dado que “las políticas que buscan incrementar los ingresos tributarios a través de mayores tasas no son efectivas” (Toro y Doria, página 39 del ET). Esta es una realidad económica aceptada en el mundo pero ignorada por los asesores de la Alcaldesa, los mismos que proponen reemplazar la política de atracción de empresas (empleo y encadenamientos productivos) por exenciones regresivas y excluyentes. No se ha secado la tinta del ET cuando anuncian la “ñapa”: también pagaremos, en “cómodas cuotas”, $300 mil millones para 4 megaobras urgentes por valorización: drenajes pluviales, Av. Santander y 1a de Bocagrande, Ejes 1 y 2 de los cuerpos de agua y Circunvalar del Sur, que suman ¡$800 mil millones!; pero “tranquilos”, el resto lo pone el Distrito, con recursos fiscales, claro. ¿Sí hay capacidad de pago real para todo esto? En mi columna “ET y la mojarra” dejé para más tarde las humedades: el 63% de los ingresos corrientes de libre destinación, representados en Industria y Comercio (ICA), hacen agua porque lo pagan sólo 6.629 empresas, menos de la tercera parte de las 20.515 registradas en la Cámara de Comercio: cantidad insignificante. Bucaramanga, con los mismos habitantes, tiene 42.000 empresas. No hay que ser Adam Smith para intuir que el ICA, al gravar las ventas, se traslada al consumidor y es inflacionario, con mayor impacto en estratos bajos. Vamos a seguir siendo “la ciudad más cara”: la inflación de Cartagena, en 8 de los últimos 9 años, ha superado la media nacional. El ET también ignoró que la vocación exportadora de Mamonal causa una base del ICA muy baja (exportaciones exentas) y desaprovechó la oportunidad de corregir la tasa desmesurada del “Impuesto de Avisos y Tableros” (15% del ICA), eludida con facilidad quitando el aviso del frente de las industrias. No pueden hacer lo mismo los comerciantes porque no venderían. Ojalá el Tic tac sea de un reloj despertador que hará reaccionar a la Alcaldesa para admitir que el cambio no es tarea de una sola administración, sino de una seguidilla de buenos alcaldes, como en Medellín y Bogotá. Prefiero los amigos que advierten el peligro a los que dan falsos elogios: si la Mariamulata fracasa regresarían al poder los “indeseados” para frustrarnos el esperanzador proyecto cívico y político que cambió a Cartagena. *Ing. Civil y MBA, Directivo Empresarial restrepojaimea@gmail.com
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