Columna


Un colapso anunciado

CARLOS GUSTAVO MÉNDEZ

07 de febrero de 2010 12:00 AM

CARLOS GUSTAVO MÉNDEZ

07 de febrero de 2010 12:00 AM

Beatríz Barrios de Martínez me envió un correo en el cual me expresa su preocupación enorme por los decretos que expidió el Gobierno, para supuestamente evitar el colapso de la salud. Beatriz es jubilada, toma dos drogas costosas para una enfermedad cardiovascular, ambas obtenidas mediante una tutela. Ella dice que le preocupa que si llega a padecer una enfermedad catastrófica, como complicación de su enfermedad, su casa, obtenida tras décadas de trabajo honrado de ella y de su marido (el “Ñapa” Martínez), podría perderse. Tiene mucha razón Beatriz en estar preocupada, pues gracias a la sarta de decretos extravagantes que expidió el Gobierno recientemente en una acto soberbio, para supuestamente evitar el colapso del sistema de salud, en los cuales además de aumentar los impuestos al chance y a la cerveza, estableció multas a los médicos que prescriban tratamientos No Pos, para así evitar las tutelas e instituyó que la gente que se beneficie de estas sentencias deberá aportar parte de los costos, con sus cesantías, ahorros y bienes. Estos decretos han despertado una oposición enorme, pocas veces vista en este país, aletargado y sumiso. La Academia Nacional de Medicina se pronunció, alegando que las normas vulneran la autonomía de los médicos. Los directores de hospitales, los sindicatos, las organizaciones que agrupan a los enfermos de costo alto y otras agremiaciones, se pronunciaron contra esta monstruosidad. Este episodio revela el colapso del modelo neoliberal de salud implantado en Colombia. Las causas del desastre se pueden esquematizar así: A las EPS, el FOSYGA no les ha pagado casi un billón de pesos de unas cuentas por servicios No Pos, por lo cual muchas están ilíquidas y estas a su vez le deben a los hospitales 1,8 billones, los cuales en algunos casos no pueden pagarles a sus proveedores, con las resultas de que se ha desquiciado todo el sistema. A estos se agregan otros factores perversos, como los afiliados fantasmas y la corrupción. El resultado es la crisis de un modelo que, si bien ha aumentado la cobertura, ha servido para que algunos titiriteros de las finanzas, hayan convertido la salud en mercancía y el dolor humano en dividendos. Los decretos recientes, dictados con el pretexto de salvar un sistema moribundo, lo que han hecho es aumentar la desigualdad social. Si no se modifican los decretos, la estrategia del Gobierno será un “éxito” para ahondar aún más el abismo que separa a los pobres de los ricos. Este último episodio sería folclórico sino estuviera de por medio la salud de la gente y si los colombianos activos y jubilados, no es-tuviéramos contribuyendo con el 12,5 % de nuestro magros ingresos, sometidos a cancelar “cuotas moderadoras”, las cuales, agregadas a los nuevos decretos, configuran un atraco descomunal a la gente pobre y de clase media. Pero el tiro esta vez le salió por la culata al Gobierno, ya que hay una oposición total a los atropellos consagrados en los decretos. En fin, las situación del sistema sanitario es tan grave que el presidente Uribe Vélez ha tratado de corregir en parte las normas disparatadas, no obstante, parece que las enmiendas sólo son cosméticas, mientras que las causas que han llevado al colapso del sistema de salud siguen intactas. *Directivo universitario. Miembro de la Aca-demia de la Historia de Cartagena. menrodster@gmail.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS