Columna


Una verdad incompleta

AURELIO MARTÍNEZ CANABAL

23 de diciembre de 2009 12:00 AM

AURELIO MARTÍNEZ CANABAL

23 de diciembre de 2009 12:00 AM

La imagen ha permanecido fiel en mi memoria. Es el recuerdo del instante en que un tanque del Ejército derribaba la bella portada del Palacio de Justicia, sede de la Corte Suprema de Justicia. Fue una foto transmitida por televisión al mundo y que le permitió al ex presidente López Michelsen, con rostro demudado, darnos la infausta noticia a quienes como él asistíamos a una recepción en la residencia del embajador colombiano en París. Producido el asalto a las dependencias del alto tribunal por los terroristas del M-19, las fuerzas del orden intentaban restablecer el imperio de la ley. Fue un doloroso episodio de nuestra historia que ahora, casi veinticinco años después, vuelve a cobrar vigencia, conocido el informe rendido por una Comisión de la Verdad. “Nunca antes en toda su historia republicana nuestra nación había visto tan comprometidos su estabilidad y su ordenamiento político e institucional”, es la acertada afirmación del ex presidente Belisario Betancur, primer mandatario en aquellos aciagos días, en el prólogo del libro “Palacio de Justicia, ni golpe de Estado ni vacío de poder”, recientemente publicado por Jaime Castro, Ministro de Gobierno en ese entonces. No era una nueva actuación propagandística, como la toma de la Embajada de la República Dominicana, el robo de cinco mil fusiles en el Cantón Norte en Usaquén o la sustracción de la espada del Libertador. Se trataba de una acción de guerra, que requería una respuesta de similar dimensión por parte de las autoridades legítimamente constituidas. Es algo que nuevamente se desconoce, esta vez por los juristas que conformaron esta Comisión de la Verdad. Cumplida su tarea, el Presidente da la Corte Suprema de Justicia, Nilson Pinilla, y sus compañeros de trabajo, los ex magistrados Jorge Aníbal Gómez y Roberto Herrera, si bien confirman la responsabilidad del “Eme” en el cruento episodio y la vinculación de los subversivos con los narcotraficantes, formulan una petición insólita al ex presidente Belisario Betancur, y a los funcionarios de alto rango de su gobierno, para que asuman una responsabilidad política por sus actuaciones en el infausto suceso. He calificado de insólita la solicitud de los integrantes de esta Comisión de la Verdad, porque si de algo son merecedores el ex presidente Betancur y su equipo ministerial, así como la alta oficialidad de las fuerzas militares y policivas, al mando del general Rafael Samudio, titular que era de la cartera de defensa, es del reconocimiento ciudadano por haber salvado la institucionalidad del país. *Abogado Consultor en Minas e Hidrocarburos. marcan2@etb.net.co

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