Columna


A votar en conciencia

JORGE TIRADO NAVARRO

26 de mayo de 2010 12:00 AM

JORGE TIRADO NAVARRO

26 de mayo de 2010 12:00 AM

Los últimos sondeos sobre intención de voto indican que habrá segunda vuelta. Mockus y Santos no sólo aparecen empatados, sino que sus candidaturas tocaron techo, al tiempo que los demás candidatos obtienen entre el 25% y 30% del electorado. El muestreo hace poco probable que alguno de los candidatos punteros pueda imponerse en primera vuelta, obteniendo el próximo 30 de mayo el 50% más uno de los votos que se depositen en las urnas. Por influencia de las encuestas y los medios de comunicación que las contratan y difunden, el debate se ha concentrado entre Mockus y Santos, quitándosele a la ciudadanía la posibilidad de hacer un uso adecuado del mecanismo de elección presidencial previsto en la Constitución. La elección presidencial en dos vueltas tiene varios propósitos. Uno de ellos, incentivar una política multipartidista, permitiendo que las minorías puedan organizarse y hacerse contar, sin tener que plegarse al más fuerte antes de probar su propia suerte: con lo cual se garantiza la variedad ideológica de las propuestas y se amplía el abanico de opciones que tiene el electorado. Otro de los propósitos es impedir que se elija presidente con una votación poco representativa, para evitar que alguien llegue a la jefatura del Estado como resultado de la división aguda del electorado, y no como consecuencia de un respaldo masivo y fuerte que garantice la legitimidad que todo gobierno requiere. Además, el mecanismo de la segunda vuelta constituye un incentivo para las uniones y coaliciones programáticas –ojala partidistas- entre quienes fueron derrotados y los candidatos ganadores más afines a sus ideas. Preocupa, entonces, que cada vez con más frecuencia se escuche decir a los seguidores de Pardo, Petro y Vargas Lleras que desistirán de respaldarlos porque no les favorecen los sondeos, razón por la cual adherirán a quienes ocupan los primeros lugares en las encuestas. Sin duda, por el buen desempeño que han tenido en los debates de televisión y el esfuerzo que han desplegado por estructurar un programa de gobierno consecuente con el ideario de los partidos políticos a los cuales representan, la situación es injusta y difícil para ellos. Porque tienen trayectoria propia, excelente discurso, logros tangibles y estructuras partidistas. Es justo reconocer que Pardo, Petro y Vargas Lleras han elevado el nivel del debate programático, al explicar sus fórmulas para atacar el desempleo, reducir el déficit de vivienda, y garantizar una salud de calidad para los colombianos, reconociendo a la vez que no es posible retroceder un centímetro en seguridad. De modo que quienes simpatizan con el Partido Liberal, el Polo y Cambio Radical deberían mantenerse firmes el próximo domingo en las ideas que éstos representan, para que no se esfumen de la escena democrática, y puedan quedar con margen de maniobra para pactar coaliciones programáticas con los dos candidatos mayoritarios, si no pasan a la segunda vuelta presidencial. Lo contrario debilitaría el sistema de partidos, necesario para la institucionalidad democrática; desincentivaría el surgimiento de nuevos liderazgos nacionales; y contribuiría a la pérdida de interesantes aportes programáticos que redundarían en beneficio del país. *Abogado y Filósofo tiradojorge@hotmail.com

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