Columna


¡Viva Cáceres!, con perdón

GALO TORRES SERRA

29 de noviembre de 2009 12:00 AM

GALO TORRES SERRA

29 de noviembre de 2009 12:00 AM

Para qué entrar a debatir si de alguien como Javier Cáceres se puede esperar un comportamiento distinto, si él mismo narra con obvio orgullo cómo forjó su tránsito en la política. Que funcionarios de los más altos niveles del Estado concurran con Javier Cáceres y comiencen a ser como él, es una muestra que permite establecer quién subió para perfeccionar el Estado o quién bajó para hacer del Estado un DEBER SER realista. Javier Cáceres Leal, de “verdad verdad”, da la talla para ser la máxima cabeza del Poder Legislativo, él es como realmente es la política en nuestra república. Quienes ostentan dignidades tan altas como la que hoy distingue a Javier Cáceres han comprendido que el juego en Colombia tiene unas reglas reales, respecto de las que Cáceres es insuperable profesional en ejercicio. Cáceres pide y a Cáceres se le da, a Cáceres le piden y Cáceres les da. ¡Toma y dame! Cáceres es un auténtico producto de nuestro Estado, moldeado paulatinamente sin que Cáceres haya precipitado llegar a su hoy inigualable cargo. El Presidente del Gobierno, Álvaro Uribe, para nada se afectó con la elección de Cáceres como Presidente del Legislativo, equivalentes interlocutores. Es más, el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Augusto Ibáñez, no supera a Cáceres, los guarismos electorales lo muestran; el Presidente de la Corte aprendió de Cáceres el arte de desarmar una terna hasta que le pongan la deseada, de lo contrario no hay votación. Basta mirar cómo Cáceres impone ternas... y de que le nombran, le nombran. Por eso doy por descontado que el Presidente de la Corte logrará, con las lecciones de Cáceres, que le nombren Fiscal. El vocabulario de Cáceres es el mismo de siempre, él no ha tenido que subir su lenguaje para entenderse con el Presidente del Gobierno y con el Magistrado Presidente de la Justicia, pues éstos son como Cáceres en el fondo y en la forma. O sea que el Estado colombiano es homogéneo, tan homogéneo, que Cáceres puede emitir una sentencia de casación penal sin tantos perendengues. A Cáceres le cabe el país en su cabeza pues él no es inferior al Presidente Uribe para integrar un Gabinete Ministerial como el actual (ojo: Cáceres lo puede armar mejor). O sea que Cáceres clasifica, como el que más, para ser Presidente de la República, ¿cuál es la diferencia? Así que mientras EL SER sea y el DEBER SER no sea, la historia patria nos seguirá mostrando cómo los cachacos llevan más de un siglo construyendo nuestra “República Bananera”. ¡El Núñez de El Cabrero está cabreado! Se abren las apuestas: Cáceres no pierde tiempo y “arma la maroma”, habrá Fiscal elegido en cuestión de segundos pues Cáceres no enreda sino que arma, y veremos que el nuevo Fiscal será uno cuyos nombres y apellidos lleguen al oído de Corte y Gobierno, de la voz de él. Cáceres no tiene la culpa, él como guía turístico tuvo toda una carrera profesional para cogerle la caída a los paisas, cachacos. Él sabe cómo, cuándo y dónde se calienta la olla y cómo se reparte. Todos quedan más contentos que cachaco en playa. Ya Cáceres leyó el NÚÑEZ de Indalecio Liévano Aguirre, después de que Cáceres convenció a Uribe de leer el Mariscal Sucre, de Mauricio Vargas. *Alcalde suspendido de El Carmen de Bolívar, abogado del Externado

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