Columna


¿Cómo se llaman los culpables?

ALFONSO MÚNERA CAVADÍA

07 de julio de 2010 12:00 AM

ALFONSO MÚNERA CAVADÍA

07 de julio de 2010 12:00 AM

Ayer comentaba este mismo periódico la buena noticia de la construcción en marcha de un moderno centro de salud en el Nuevo Bosque. Según palabras de la señora alcaldesa, “este centro de salud va a ser el modelo de lo que debe tener un centro de salud. Vamos a atender a la gente de manera adecuada, va a tener un ingreso para las personas, un ingreso para ambulancias, una sala de reanimación. Por primera vez tendremos un centro pensado y hecho efectivamente para atender en salud, porque lo que se ha hecho antes era comprar casas viejas para tratar de adecuarlas, y evidentemente eso no funciona.” Por otra parte, el director del Dadis indicó que se construirán 10 centros de salud similares, incluyendo el de Olaya. Y están en marcha los nuevos hospitales de San Fernando y Canapote. Sin duda que lo anterior merece los mejores elogios. Si creemos en lo que dice el alto gobierno de la ciudad, y no veo por qué no habría de creerle, estamos ante un gran desarrollo localizado en los barrios pobres de la ciudad en un área tan sensible y que demanda reformas urgentes como la de la salud. El problema es que hace apenas una semana los cartageneros tuvieron que enfrentar la desoladora realidad sintetizada en la foto que mostraba a la señora Viviana Carrillo muriéndose en la puerta de la policlínica de Olaya Herrera por falta de atención médica. Este mismo periódico se refirió en un pasado editorial a la gravedad de la situación, y señaló que el origen de dicha tragedia estaba en la corrupción política. Igualmente destacó los esfuerzos de la Alcaldesa para combatir a los corruptos. No pongo en duda la buena fe de la señora Pinedo, pero el asunto de fondo es el siguiente: a juzgar por las declaraciones, ayer en la mañana, de médicos y particulares en el programa radial de Campo Elías Therán, la situación de cancelación de los salarios atrasados del personal médico sigue sin resolver. Y, por supuesto, no será fácil resolverlo de un día para otro, con lo cual la vida de los ciudadanos seguirá en peligro. Y no se trata sólo de los médicos. Valdría la pena preguntarse ¿cuántos meses de atención le adeuda la Alcaldía al Hospital Universitario de Cartagena? Los problemas estructurales son de mayor fondo, y es claro para mí que fueron heredados por la Alcaldesa, así como desde hace más de dos décadas los mandatarios anteriores han heredado este estado de cosas sin que se haya resuelto nada. Por el contrario, se ha vuelto cada vez más grave. Y es muy sencillo: nada se resolverá si, y en esto le doy la razón al editorialista de este periódico, no se procede a acabar con la corrupción. El asunto es que los cartageneros estamos cansados de oír hablar a las autoridades de la corrupción y de los corruptos en abstracto. Si se tienen claramente identificados a los que han robado a la ciudad, hasta el punto de poner en riesgo la vida de los ciudadanos, por qué entonces no comenzamos por nombrarlos. Es decir, por qué no nos dicen quiénes son esos políticos y funcionarios que han corrompido el sistema para enriquecerse ellos. De nada sirve seguir culpando a la corrupción sin exponer al oprobio público, y al castigo que se merecen, a los corruptos. Por último, ¿con qué se pagará al personal en los nuevos centros de salud? *Historiador. Profesor de la Universidad de Cartagena. alfonsomunera55@hotmail.com

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