Columna


“Aquí están pasando cosas”

JORGE ENRIQUE RUMIÉ

07 de mayo de 2010 12:00 AM

JORGE RUMIÉ

07 de mayo de 2010 12:00 AM

Pasado el tiempo, las columnas de opinión se van convirtiendo en los ladrillos que arman la pared de la historia. Basta revisarlas para encontrar que muchas de ellas van encajando en el rompecabezas de los hechos, donde cada pieza tiene su espacio asignado. Por ejemplo, el 2 de enero de 2005, aparezco escribiendo una columna con el título “Cartagena: ¿modelo de bienestar?” Preguntándome en aquel momento, entre impotente y desolado, si seríamos capaces de salir adelante como proyecto de ciudad. Y no era para menos, en cualquier tema susceptible de evaluarnos o medirnos aparecíamos a la deriva. El pesimismo colectivo florecía en sobregiro. Nuestra credibilidad nacional estaba por el suelo, con una corrupción pública que se tragaba –como antropófagos desvergonzados– cualquier ilusión de progreso. Con un agravante, y era que la ciudad se escondía –aculillada- entre las sombras de su propia resignación. “Aquí no pasa nada”, anotaba. “Las fuerzas vivas parecen muertas. La clase dirigente no dirige”, recordaba. A los pocos días, como tratando de buscar luces en las gavetas de la inspiración, recuerdo que terminé escribiendo otra columna –digamos, premonitoria– llamada “Reflexiones sobre el poder ciudadano”. Y en ella comentaba: “No hay nada más loable que un pueblo en la búsqueda de su propia autodeterminación. La democracia entrega las herramientas, pero debemos usarlas para maximizar las fuerzas del poder ciudadano”. Quién lo creyera, pasado un tiempo, la ciudad termina comprometida hasta el cuello con el cuento del “voto protesta” en las elecciones del 2005. En aquel momento, documenté para El Universal: “Que bueno sería ganar con el voto en blanco para que Cartagena descubra finalmente que quienes quieren lo mejor somos mayorías”. Las elecciones se pierden, pero se triunfó en el alma colectiva. El mensaje estaba dado. Seguidamente, aparecen una serie de sucesos nacionales y locales a la velocidad de una ilusión. El todo se va confabulando en una bola de nieve proactiva que empuja la ciudad. Reviso, y todas son noticas buenas: las inversiones en la Perimetral, Transcaribe, el Emisario Submarino, Reficar, parques industriales, centros logísticos, hoteles nuevos, marinas, puertos, ampliaciones industriales, centros comerciales, en fin, “aquí están pasando cosas”. Como si fuera poco, paralelamente se nos viene encima la fuerza regeneradora del proceso ciudadano de 1815 y Por una sola Cartagena, el mismo que elige a Judith Pinedo a la Alcaldía, como un acto de liberación y purificación política. La Alcaldesa, independientemente de algunas críticas puntuales que he escrito desde la tribuna de mi opinión -documentadas igualmente en mis columnas– viene ejecutando un trabajo loable y transformador. Es increíble cómo en tan poco tiempo ha logrado desenredar semejante entuerto de nuestra administración pública. Las finanzas se equilibraron, las inversiones en educación, salud y vivienda popular no tienen antecedentes, recuperamos la confianza del Gobierno Nacional, la contratación es transparente; mejor dicho, amigos, estamos rescatando el sueño de salir adelante como proyecto de ciudad. Los astros se unen y el suscrito, simplemente está recordándonos que “aquí están pasando cosas”. *M.A. Economía, Empresario jorgerumie@gmail.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS