Editorial


2014: algunos motivos de optimismo

El año concluye en Cartagena mucho mejor de lo que comenzó, sin interinidad ni el pesimismo del desgobierno. La ciudad respira más tranquilidad. Aunque es muy temprano para evaluar la labor del alcalde Dionisio Vélez, se nota una nueva dinámica, que ojalá termine bien al final de una gestión corta y con una herencia difícil de mandatarios anteriores.

El gobernador Juan Carlos Gossaín, por su parte, hace hasta ahora uno de los mandatos departamentales más activos y con más obras de los últimos años, además de ejercer liderazgo local y entre los gobernadores del país.

No tenemos el poder parlamentario ni tecnocrático del departamento del Atlántico, por ejemplo, que tiene en el gobierno de Santos una representación extraordinaria e influyente en cargos nacionales y regionales de primer orden. Barranquilla y Atlántico mandan en el Caribe y en el país, y su organización merece ser imitada. Ojalá que este privilegio de nuestros vecinos beneficie a toda la región tanto como a ellos.

Cartagena tiene algunas obras importantes para el presente y el futuro, destacándose el muy criticado túnel de Crespo, que además de ser una solución vial que respeta la playa, crea 35 hectáreas nuevas que deberían ser entregadas con parques, canchas y parqueos para mejorar la calidad de vida del vecindario y de la ciudad.

Tanto o más importante que lo anterior, las obras nos dejan unos espolones masivos, tanto el marginal como los que entran al mar, nunca vistos en la ciudad y muestran el camino para construir una nueva doble calzada desde el túnel hasta El Laguito, que algún día debería empalmar con el puente a Tierrabomba, recuperando playas y protegiendo el litoral.

El proyecto de mudar la Armada para Tierrabomba tomó fuerza, aunque aún está lejos de ser una realidad. Al menos pronto deberá haber una definición de quién es dueño de qué en Tierrabomba, condición indispensable para el progreso de esa isla.

Las obras del Canal del Dique aún no están definidas y aunque alegra que al fin estén cerca de ser una realidad, hasta ahora nada nos da la tranquilidad de que las que construyan le quiten la entrada de sedimentos a la bahía de Cartagena mediante esclusas, probadas en el mundo entero.

Transcaribe no avanza rápido aún, pero ha mejorado algo su ejecución. Veremos qué pasa en 2014.

Las dobles calzadas en la variante Mamonal Gambote, y entre el viejo Fondo rotatorio de la Armada y La Cordialidad, avanzan a buen ritmo. Los constructores tienen el verano por delante para hacer el trabajo mayor de corte y relleno.

La estrategia de Diamante Caribe, anunciada ayer por Findeter, debería también impulsar a la Región Caribe.

El turismo, que debería ayudar a disminuir las desigualdades económicas, se incrementó exponencialmente y muestra dinamismo. Su liderazgo local ya se preocupa más por la ciudadanía y el entorno local.

Aunque falta mucho para eliminar la pobreza en la ciudad, podemos tener entonces algunos motivos de optimismo para 2014.

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