El 6 de julio pasado Electricaribe anunció, basado en la Ley 142 de 1994, en la Resolución CREG (Comisión Reguladora de Energía y Gas) 108 de 1997 y en sus contratos vigentes, que les suspendería el servicio de energía a los acueductos de la Depresión Momposina, encabezados por Mompox, porque debe a la empresa 927 millones de pesos, y a los 16 pueblos vecinos, que deben entre todos 143 millones de pesos.
Estas poblaciones tenían 24 horas para proponer un acuerdo de pago o perder el servicio. Si eso parece grave, lo es aún más que 25 pueblos bolivarenses, incluyendo a los anteriores, no le han pagado a Electricaribe $17.702.911.106,00.
Esta es una cuantía enorme y lo peor es que es energía que ya consumieron, y que Electricaribe les tiene que pagar a sus proveedores, así que no solo los pésimos gobernantes de estas poblaciones les hacen daño a sus propios paisanos, sino a la empresa que debe atender a todo el Caribe colombiano, y a través de ésta, a todos los habitantes de la región.
Tanto el exgobernador Juan Carlos Gossaín como el gobernador Dumek Turbay hicieron esfuerzos grandes para dotar de acueductos a muchos pueblos de Bolívar, y la mayoría no funcionan o lo hacen parcialmente porque los alcaldes no son capaces de manejar un presupuesto serio para cumplir con sus obligaciones.
Ambos gobernantes han estado atentos a prestar ayuda técnica a los alcaldes de Bolívar, para que puedan poner su casa en orden y funcionar en el mundo de hoy, lo que incluye saber formular proyectos oportunamente, que puedan ser financiados por el Gobierno nacional y por otros medios, algunos internacionales.
Lamentablemente a una buena cantidad de estos funcionarios solo pareciera interesarles llegar al cargo y dedicarse a la frivolidad, según nos dijo una fuente que conoce la problemática muy de cerca. Por supuesto que no son todos los alcaldes los que les fallan así a sus pueblos y a la región, y hay excepciones muy honrosas que deberían servirles de ejemplo a los que nada hacen por sus electores y además se ferian los pocos fondos que les entran.
Los alcaldes de Bolívar y todos los demás funcionarios deberían capacitarse a toda carrera, y quienes piensen ser candidatos deberían hacerlo también. Es irresponsable asumir la representación de los electores si no se tiene la preparación para hacerlo bien, y con frecuencia, se convierten en obstáculos para el progreso de sus municipios.
Mientras tanto, muchos se quedarán a oscuras por la imprevisión de estos alcaldes.
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