Editorial


Agro y acuerdo de paz

EDITORIAL

11 de septiembre de 2016 12:00 AM

El primer punto del acuerdo de paz entre el gobierno y las Farc se llama “Hacia un nuevo campo colombiano. Reforma Rural Integral (RRI)”, y fue acordado el 26 de mayo de 2013. El gobierno dice allí estar convencido de la necesidad de hacer “una gran transformación del campo” que cierre las brechas entre este y la ciudad, basada en cuatro “pilares”:

(1) Distribuir la tierra a los campesinos a través de un Fondo de Tierras que se “alimentará de las tierras ilegalmente adquiridas”, pero advierte que “La inmensa mayoría de los habitantes del campo nada tiene que temer”.  La tierra incluirá: “riego, crédito, asistencia técnica, asociatividad, posibilidades de comercialización”, es decir, “acceso integral”.  

(2) Programas especiales de desarrollo con enfoque territorial (PDET) en los territorios más necesitados, con “grandes intervenciones del Estado” que incluye que las instituciones se pongan las pilas con las comunidades.

(3) “Planes nacionales en todo el mundo rural” para “proveer bienes y servicios públicos en infraestructura, desarrollo social y estímulos a la agricultura familiar (...)” que incluirán promover la “asociatividad, asistencia técnica, crédito, mercadeo, y formalización laboral y protección social”.  

(4) “La seguridad alimentaria y nutricional”, que debe “llevar a una mayor producción de alimentos y a una mejor nutrición, en especial de los más pobres”,  y además, “Su efectividad, transparencia y buen desarrollo dependerá de la amplia participación de las comunidades en la planeación, ejecución y seguimiento”.
El pilar que más resquemores levanta es el primero por los posibles abusos que se puedan cometer en unos procesos judiciales en donde hay alta discrecionalidad.
El segundo pilar lo viene pidiendo el país desde hace años y califica en la frase que usaba Santos al principio de los diálogos, de hacer los cambios necesarios en el campo “con o sin las Farc”.

El tercer pilar también debería tener gran aceptación a primera vista, aunque el estímulo a la agricultura familiar no puede querer decir que habrá un desestímulo para la gran agricultura, especialmente porque los monocultivos son anatematizados por la izquierda, y se necesitan para exportar y para ciertas actividades agroindustriales internas.

El cuarto pilar es inobjetable a simple vista, pero nuevamente, mejorar la nutrición del país, que es indispensable, al igual que asegurar la seguridad alimentaria en general, no debe querer decir estigmatizar todos los monocultivos solo porque lo son.

Si el acuerdo de paz llega a ser refrendado por el plebiscito, el éxito de este primer punto  dependerá, como todos los demás, de la imparcialidad con se aplique y de que las intenciones de todos los que tengan autoridad en él sean pragmáticas y no dogmáticas.

Con o sin las Farc, se debe aplicar el sentido común por todos para que los cambios en el campo sean positivos.  

 


 

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