El 15 de abril de 2008, es decir hace 6 años y unos pocos días, El Universal visitó a los recién liberados Montes de María con el entonces Coronel de Infantería de Marina, Rafael Colón.
Desde esa época hemos visitado con frecuencia diversas áreas montemarianas, incluyendo El Carmen de Bolívar, la Sierra y la Sierrita, Macayepos, Floral, Lázaro, el Cerro de Maco, Bajogrande, El Salado, entre muchos otros sitios, y desde entonces estamos también pendientes de los campesinos y de su producción agropecuaria, especialmente la del aguacate, fuente de vida de buena parte de la zona, además de los cultivos anuales de pancoger.
En uno de varios reportajes de 2008 publicamos la foto de un árbol de aguacate muriéndose con el hongo conocido como fitóctora, plaga que ya venía tomándole ventaja a los miles de árboles de la zona. Y desde entonces los campesinos están esperando una solución del Gobierno, que como es usual, promete y no cumple, o cumple a medias y a destiempo.
Ayer el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) emitió un boletín de prensa desde Bogotá anunciando que un censo arrojó que allí hay 621.687 árboles de aguacate y que 46%, o 285.597 árboles, están sanos, mientras 46.651 (7%) están “visiblemente afectados” y murieron 290.439 (47%). Si sumamos el 7% “visiblemente afectado”, es decir, moribundos, al 47% muerto, es probable que ya esté fuera de combate el 54% de los aguacates de los Montes de María.
El ICA anuncia que le ha entregado insumos a 1.600 campesinos de los 2.169 productores de aguacates censados y exhorta a los 569 restantes que recojan los de ellos “en la oficina del ICA en El Carmen de Bolívar, el Teatro Santa Isabel en San Jacinto y la Oficina de la Umata en Ovejas, de 8:00 am a 4:00 p.m., de lunes a viernes”.
El gerente también anunció que la entidad implementa “20 parcelas demostrativas” y “20 talleres de educomunicación (sic)” y que “El kit que entrega el ICA a los 2.169 productores censados contiene tres insumos para aplicación en drench e inyección y algunos elementos para llevar a cabo la aplicación”.
¿Por qué se demoró el Gobierno 8 años para actuar? ¿Cuántos árboles estarían vivos si se hubieran movido en 2008, cuando anunciamos que existía la enfermedad? En ese entonces ya tenía varios años y tenían que conocerla algunas autoridades.
El desastre de los aguacates es similar a otros agravados por la paquidermia del Gobierno, pero de esta debacle debería surgir una oportunidad enorme, más allá de salvar los árboles que quedan, que es establecer otra cepa de aguacates de mayor calidad y aceptación en el mercado nacional y en el de exportación.
El Gobierno debería estar entregando estas plántulas en grandes cantidades para ir reemplazando los árboles viejos en vez de fomentar la conformidad con un producto inferior y sacar pecho por hacerlo.
Mientras tanto hay regiones del interior -próximas a Bogotá y al poder- que comenzaron a sembrar aguacates hace pocos años y ya exportan cientos de toneladas.
¡Y después dicen que no hay centralismo!
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